HOMILÍA DOMINICAL - CICLO C

  Octavo DOMINGO

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio ...

   

 

 Escritura:

Eclesiástico 27, 5-8; 1ª Corintios 15, 54-58;
Lucas 6, 39-45

EVANGELIO

En aquel tiempo ponía Jesús a sus discípulos esta comparación: ¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo?

Un discípulo no es más que su maestro; si bien, cuando termine su aprendizaje, será como su maestro.

¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo?

¿Cómo puedes decirle a tu hermano: "Hermano, déjame que te saque la mota del ojo", sin fijarte en la viga que llevas en el tuyo? ¡Hipócrita! Sácate primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la mota del ojo de tu hermano.

No hay árbol sano que dé fruto dañado, ni árbol dañado que dé fruto sano. Cada árbol se conoce por su fruto: porque no se cosechan higos de las zarzas, no se vendimian racimos de los espinos.

El que es bueno, de la bondad que atesora en su corazón saca el bien, y el que es malo, de la maldad saca el mal; porque lo que rebosa del corazón, lo habla la boca.
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HOMILÍA 1

Érase una vez una joven pianista que daba su primer concierto. El público en silencio y con fervor escuchaba la música que brotaba de sus dedos disciplinados. Todos tenían los ojos clavados en la joven pianista. Al final del concierto todos puestos de pie aplaudieron a rabiar. El manager se acercó a la pianista y se deshizo en alabanzas. Y le dijo: Mira, todos están de pie aplaudiéndote, menos ese viejito de la primera fila.

La pianista entristecida le contestó: "Sí, pero ese viejito es mi maestro".

Sólo el maestro podía juzgar la actuación de su discípulo con autoridad.

Y sólo el Maestro con mayúscula, Jesús, puede juzgar hoy a su pueblo aquí reunido. Si el no aplaude, mala señal.

El domingo pasado, Jesús nos mandaba "amar a los enemigos". Amar no como sentimiento, sino amar como decisión, acto de voluntad, querer amar a pesar del miedo al sufrimiento.

Hoy, Jesús nos cuenta cuatro cortas parábolas para decirnos cómo tienen que ser las relaciones en la comunidad cristiana.

"¿Puede un ciego guiar a otro ciego?"

Si Jesús nos estuviera dando un consejo más no tendría gran importancia, no han faltado hombres a lo largo de la historia que han dado buenos consejos. Jesús es más que un buen consejo y más que una frase que repetimos, Jesús es una manera de vivir.

Jesús es una llamada a vivir nuestras responsabilidades.

Un buen guía conoce el camino, los obstáculos del camino y el final del camino.

Todos somos guías de alguien y al mismo tiempo todos somos guiados por alguien.

Sí, los padres guían a sus hijos, los maestros a los alumnos, los sacerdotes a los fieles, el jefe de la ganga a sus compinches…

¿Cuál es mi responsabilidad? ¿A quién tengo que guiar? ¿Quién depende de mí?

¿Soy guía ciego o veo con claridad? ¿Asumo mi responsabilidad o me desentiendo? ¿Guío a los míos con el ejemplo o soy motivo de escándalo con mi vida desordenada?

Como creyentes somos guiados por el mejor de los guías, Jesús.

Si nos dejamos guiar por Jesús, si le escuchamos y le miramos a Él, seguro, seguro que nosotros seremos también guías que ven claro, guías que se sacrifican por sus hijos, por sus alumnos, por sus feligreses… guías que no tiran la toalla y hacen el camino hasta el final.

"El discípulo no es más que su maestro".

¿Podría usted nombrar a tres personas que hayan influido, hayan dejado huella en su vida? ¿Sus tres mejores maestros?

Para muchos de nosotros los tres mejores maestros han sido: el padre, la madre y Jesús.

Las primeras y las mejores lecciones las aprendimos en la casa. El mundo visto a través de los ojos de los padres. El trabajo y el descanso, el amor y el perdón, la alegría y las lágrimas, el cariño y los gritos, los premios y los castigos, la iglesia y la casa, la vida dada por los hijos.

De la mano, nuestros padres nos llevaron a otro maestro: a Jesús. Había cosas que los padres no sabían, hay cosas que nosotros no sabemos y Jesús se presenta como el maestro que sabe y nos enseña. Jesús es "el maestro de la vida".

Los niños, hoy, tienen Internet, la televisión y ahí aprenden muchas cosas. Tienen personas que los cuiden, pero ¿tienen padres?

Para aprender las cosas de Dios sólo tenemos un maestro, Jesús. Las cosas de Dios se transmiten de persona a persona, de creyente a creyente. La fe es una persona, Jesús.

Para saber lo que pasa en el mundo tengo la televisión y el Heraldo Soria.

Para saber de Dios tengo que acudir al Maestro. Sólo Él me lo puede dar a conocer.

Aquí venimos a escuchar a Jesús. Nunca sabremos más que Él, nunca seremos como Él, siempre seremos discípulos que quieren estar con El.

¿Es Jesús el mejor maestro de su vida?

¿Ha dejado huellas profundas en su vida?

"La mota y la viga".

Sí, hay que denunciar el mal y hay que manifestarse contra la injusticia.

Jesús nos avisa de una gran tentación: agrandar el mal de los demás e ignorar el mal que anida en nuestro corazón. Y nos invita a cambiar el corazón ya que nunca terminamos de convertirnos. La crítica siempre tiene que empezar por uno mismo.

"El árbol bueno".

El discípulo de Jesús se reconoce por sus obras, no por sus palabras. Los actos, las obras, son las que dicen si uno cree o no, si uno ama o no, si uno espera o no.

La boca habla de la abundancia del corazón.

 

HOMILÍA 2

THEY’RE WATCHING US

A few years ago one of my students, a very young and talented pianist, gave his first concert before his family, his classmates, and the people from his hometown.

Everybody was ecstatic as they listened to the different pieces of music, and all the eyes were fixed on the young pianist.

At the end of the concert he received an outstanding ovation. The organizer of the concert hall approached the pianist and whispered in his ear: look around and see how pleased and euphoric the audience is. Everybody, except that old man on a seat in the front row.

Yes,the young pianist replied, but that old man happens to be my piano teacher. His teacher knew that he is good, but far from being perfect. Only his teacher could judge the excellence of his performance.

Today Jesus is not on a seat in the front pew, but He is here because he is our host. Remember, Jesus is our piano teacher, our moral teacher and our Only Teacher, and he is looking at us. Is he applauding our faith and our love?

“You have to understand”, writes Anthony de Mello, “that the shortest distance between a human being and truth is a story”.

Jesus used parables, stories, in many instances to get his point across to the disciples and the crowds.

Jesus said and keeps saying to us today: “Do not judge and do not condemn”. “How can you say to your brother, “Let me take the speck out of your eye, when all the time there is a plank in your own eye?

Have you ever noticed that criticism is an intrinsic part of our society? We have movie critics, fashion critics, priests critics and we even have Pope critics. It is the American way, the Spanish way, and it is the universal way.

Practising Jews, in Jesus’ time, took pride in been able to demonstrate their moral superiority over others. Remember the passage in Luke’s Gospel 18,4.

The arrogant Pharisee prayed liked this before God: God, I thank you that I am not like other men who are thieves, evil doers, adulterers or even like that tax collector at the back of the church. He is the scum of the earth.

I know you love and I love, like the Pharisees of all times, to point out fingers and find holes about others.

If you were asked to define or describe your neighbor or your coworker, or your in-laws, I am sure it will take you two seconds to recite a long litany of negative qualities, but it will take you one hour to just say one good quality about them.

Our judgement of others is usually off the mark, because we cannot see inside the person, and we do not have access to all the facts.

We are not to judge people for their moral failures, hidden motives, or unbelievers.

Remember, unbelievers know very well this passage from the Gospel and say to us: “How dare you say my actions, my lifestyle, my choices are sinful? Didn’t Jesus say,”do not judge”? Even Pope Francis said, Who am I to judge”?.

We, catholics, need to set an example to make sure we are not a stumbling block to anyone so that they can be helped in making the choice to follow Jesus. We need to be reminded from time to time that we are being watched. The world does watch the things we do that are in conflict with Jesus’ teaching and they love to call us on it and have every right to do so.

Lord, give us eyesight to see our sins and the courage to confess them before God and men.

God alone is the judge of the people. He alone knows the motives of people’s hearts. He alone knows the proper time, and the perfectly just response to sin.

“Can a blind person guide a blind person”?

“For every tree is known by its own fruit”.