Operación Semana Santa

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio.....

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El subidón del prólogo cuaresmal se desinfló pronto. Lavada la cruz de ceniza de la frente, vuelta a la cotidianidad laboral y a la tibieza religiosa, vuelta a las pequeñas tradiciones y a los remedios caseros.

La Cuaresma es para los mayores el potaje de vigilia y el son de las cornetas y tambores.

Yo confieso que los recuerdos de la Semana Santa de mi infancia son los únicos que han cristalizado en mi corazón. Las otras fiestas, si existían, no las recuerdo. Sí recuerdo los grandes silencios, las campanas ya no tocaban para nada, para nadie, el órgano de la iglesia era un mueble mudo, y hasta el maestro gritaba menos, sólo el cura gritaba en aquellos sermones largos y apocalípticos sobre “el lago que arde con fuego, humo y azufre que es la muerte segunda”.

Hoy nada es como ayer. La DGT lleva semanas preparando la Operación Salida de la Semana Santa.

Todo es bulla y movimiento, aviones, trenes, autobuses, coches...una huida a ninguna parte, pero hay que salir en busca de la huidiza felicidad o en busca de una procesión.

Hoy, en este país, en las ciudades y en los pueblos aún quedan las pequeñas tradiciones, esas procesiones de Semana Santa, propiedad, no del clero, de las cofradías, club de fans de escayolas y maderas policromadas, sí, aún quedan muchos inesenciales, lo que no queda es lo esencial, Dios.

Dicen los scholars, los VIP de la sabiduría, que la divinidad experimentó una lenta evolución.

En el principio fue el politeísmo, todo era dios, el sol, las estrellas, las nubes...se acababan los números para contarlos y se eliminaron muchos dioses. El henoteísmo quiso poner orden en el panteón de los dioses y eligieron un dios que sometió las bandadas de diosecillos juguetones y lujuriosos y reinó soberano sobre todos ellos. Finalmente la locura de los cielos y del Olimpo estalló y, voilà, el Monoteísmo emergió triunfante y dijo adiós a todos los dioses. Un solo Dios, sin atributos, pura existencia, pura unidad, un solo Dios, sin rivales que eliminar.

Pensábamos que la evolución había terminado con el advenimiento del monoteísmo, pero no, los hombres de hoy quieren poner el punto final a la evolución de la divinidad y predican desde las terrazas del mundo que la cadena evolutiva termina en el ateísmo. The End.

Peor que el cambio climático es el cambio religioso, ambos negados por muchos, para mí el segundo es más patente que el primero y no solamente ahí afuera sino también aquí adentro en la Iglesia.

La religión se eclipsa. La Semana Santa, desfile de trajes medievales, pasarela retro, no sólo goza de buena salud sino que es exaltada, promocionada y publicitada ad intra y ad extra. Como vienen los turistas a los Sanfermines también vienen a la Semana Santa española, turística, folclórica, artística, única, con muchas imágenes, pero sin Dios.

Los pasos, imágenes con sus joyas, sus chorros de sangre, sus lágrimas y sus cirios recorren plazas y calles. Semana Santa, Edades del Hombre en salida. Vaciamos las iglesias y llenamos las calles.

Yo, cada día más alérgico a los shows de las cofradías y de los cofrades, quiero refugiarme en el silencio de la Liturgia, en el poder de la Palabra de Dios, espada de doble filo, en la sobriedad de los ritos y en la compañía de los cada vez menos cristianos que viven la agonía de Cristo re-crucificado día tras día en tantos seres humanos.

Operación salida, la de la DGT, para regular las salidas, las huidas de los hombres, las huidas de Dios, epílogo de una Cuaresma desinflada, ignorada.

Operación salida, la de la Cuaresma vivida durante cuarenta días que desemboca en la en tres actos de un gran amor, del único amor, el de Cristo.