Residencia de Mayores. Meditación de la Mañana.

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio.....

.  

 


Ayer sólo conocía los Internados de muchachos y las Residencias de estudiantes, hoy sólo conozco las Residencias de Mayores.

Cojo el autobús, una Residencia de Mayores.

Visito una comunidad de religiosos-religiosas, una Residencia de Mayores.

Las comunidades de escolapios, especie en vía de extinción, una Residencia de Mayores.

Entro en una iglesia a la misa de siete, una Residencia de Mayores, sale el cura y éste viene de una Residencia de Mayores.

Voy a mi pueblo, cada casa, una Residencia de Mayores.

Recorro las calles de Soria, una Residencia de Mayores.

El país entero, gracias a las pastillas de doble dirección, gozar y no procrear, una Residencia de Mayores.

Yo, sin ir más lejos, viejecito chocho y tonto, dicen que no valgo para nada, vivo en una Residencia de Mayores.

Sólo me dan trabajo temporero en NYC y cómo sube la temperatura cuando llego.

¨You´re the best¨, me lo dicen tantas veces que terminaré, tontolaba que soy, creyéndomelo.

A todos nos gusta un poco de incienso, lo necesitamos, sobretodo, en tiempos de exilio.

Los buenos hijos no echan a sus padres de sus casas. Los cuidan hasta el final. Los malos hijos los envían a una Residencia de Mayores, heredan el piso, lo renuevan y negocian con él. Una vez al año,el cariño no tiene precio ni medida, visitan a sus viejos.

Los signos de los tiempos, expresión conciliar olvidada y hoy reciclada nos habla de vejez, de fin de ciclo, de pre-muerte. Los cielos y la tierra proclaman que las personas y sus rollos son efímeros, caducan, mueren.

A una sociedad envejecida le corresponde un clero envejecido. Un cura veinteañero presidiendo una asamblea de gayatas y muletas es un disparate, un desbalance generacional e ideológico peligroso e insultante.

Me cuentan que existen ¨misas para jóvenes¨, yo no las conozco.

Me cuentan que existen seres vivientes en otros planetas, en este universo infinito, yo no los conozco.

Me cuentan que existen islas paradisíacas, yo no las conozco.

Yo sólo conozco Betania, una Residencia de Mayores.

Ahora, cuando paseo por la ciudad huelo las Residencias de Mayores, sus rótulos, pobres y a mano o luminosos, no se me escapan.

Residencias de Mayores en el centro de la ciudad, en los barrios o en un picacho en Juslibol son las nuevas setas que nacen cada día.

Betania es una Residencia de Mayores privada y mixta. Pero es mucho más que una Residencia Unisex, es también, la economía todo lo contamina, religiosa, monástica.

Veinte curas escolapios celebran cada mañana una Eucaristía sin adjetivos y cada tarde rezan un rosario monótono, eterno. El resto del día los curas, los hombres y las mujeres que han hecho de la Residencia de Mayores su última vivienda, la próxima mudanza será a un destino sin número conocido, pasean, leen, juegan al bingo, duermen y maldicen la vejez. Qué duro es hacerse viejo! Por favor, quiero un poco de eutanasia, parecen gritar.

¿Por qué Betania?

Los escolapios hemos dejado de ser burros de carga, 30 horas de clase semanales más internos más estudios civiles más tareas pastorales más horas de patio… hoy, despojados de toda responsabilidad nos han dejado en porretas y nos dicen a la cara que no valemos para nada y que los adúlteros, los casados y re-casados nos salvarán.

Penthouses, ilusión de juventud. Betania, pre-cementerio.

Los escolapios mueren y la clonación es la marca del falso profeta, de la bestia que surge de la tierra y hace que, pequeños y grandes, se dejen seducir y acepten su marca y sus golosinas.

Morir es justo y necesario. Nos merecemos morir. Amén