SU OPINIÓN IMPORTA

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio.....

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Hay temas que, en los libros, están claros. Son doctrina segura e intocable, verdades que los viejos manuales de moral han transmitido de generación en generación y hasta ayer Benedicto XVI proclamaba con su autoridad pontificia esas verdades eternas.

Una de esas verdades eternas, predicada desde todos los púlpitos, esculpida en la piedra y grabada en las mentes dice: “El matrimonio es la unión carnal de un hombre y una mujer”.

Las Iglesias cristianas que aceptan y bendicen los matrimonios homosexuales, no sometidas a la autoridad de un magisterio humano, viven la sexualidad con más libertad y sin el sambenito del pecado y el veneno de la culpa.

En la Iglesia Católica la moral, el bien y el mal, se ha reducido a la moral sexual y el sexo, si tiene algo de bondad, sólo se puede experimentar en el matrimonio canónico y sin poner obstáculos a la procreación.

Moisés hizo añicos las tablas de piedra de la Ley antes de estrenarlas y nunca han sido recompuestas. La naturaleza humana, nada angelical, vive revisando y reescribiendo continuamente las Diez Palabras. Todo cambia y hasta el Decálogo ha dejado de estar, si alguna vez lo estuvo, vigente.

Siempre me ha llamado la atención la presencia masiva de los hombres en las otras religiones monoteístas. Los hombres son los protagonistas en las mezquitas y en las sinagogas. Los hombres hierven de fervor y furor por su Dios, son los fanáticos de Dios.

Una musulmana que acompaña a Vicentina a la misa pregunta asombrada: ¿”dónde están los hombres? Aquí sólo hay señoras nonagenarias”.

A los católicos se nos obliga a elegir entre religión y sexo y los hombres eligen lo mejor, el sexo. Falsa disyuntiva, las dos realidades son compatibles y queridas por Dios.

El Papa Francisco sabe bien que en la Iglesia Católica no hablamos todos la misma lengua, la moral es la nueva Torre de Babel, las lenguas confundidas, ahora cada uno, cura o laico, habla un spanglish cacofónico. Ayer todo era blanco o negro, hoy vivimos bajo la bandera hermosa del arco iris.

Su obispo, encargado de custodiar las normas intocables y las verdades eternas, tal vez, no necesite ni le importe su opinión sobre el sexo, el matrimonio…pero al Papa Francisco sí le interesa su opinión y quiere que la manifieste.

Las cosas tienen que cambiar. “Muchos niños y jóvenes nunca verán a sus padres recibir los sacramentos”, afirma el documento que acompaña el cuestionario que el Vaticano quiere que respondamos. Los hijos de los padres divorciados por ejemplo.

Esta consulta, por primera vez, tiene carácter universal, se dirige no sólo a los obispos y a los doctores de la madre Iglesia, se dirige también a usted católico practicante y a usted católico divorciado y a usted católico casado por lo civil o en matrimonio homosexual y a los muchos que se sienten excluidos de la Iglesia por la sexualidad que la Iglesia demoniza y absolutiza. Esta consulta se realiza porque todos entendemos que las cosas en esta materia tienen que cambiar. El Papa Francisco, antes de cambiarla, quiere contar con su opinión.

Los temas tabú como la contracepción, la paternidad responsable, la cohabitación, los matrimonios mixtos, las familias monoparentales, la poligamia, el sexo oral…temas, ayer reservados a los expertos y al confesionario, hoy temas explicados por todo tipo de expertos y vividos en libertad sin necesidad de consultar a nadie.

El factor Francisco ha llegado hasta la Cámara de representantes del estado de Illinois. Hace unos pocos días aprobaron la ley que permite los matrimonios homosexuales. El Speaker de la Cámara, Michael Madigan, católico, citó en su discurso al Papa Francisco y convenció a cinco miembros para que votaran a favor de la ley, que fue aprobada por un solo voto de diferencia.

Gracias por tomarse el tiempo para responder a las preguntas que el Papa Francisco ha dirigido a todos los fieles en la preparación para el Sínodo Extraordinario de la Familia en 2014.Tómese el tiempo que necesite, Ninguna de las preguntas es obligatoria. Así reza la página papalsurvey de los obispos americanos que prometen estudiar sus respuestas y enviarlas a Roma. Siguen los cuatro bloques de preguntas: La Iglesia y la Vida Familiar. Acercamiento a las personas Divorciadas y Separadas. Acercamiento a las Parejas del Mismo Sexo y las Personas Gay y Lesbianas. Ser una Iglesia Misericordiosa y Acogedora. Se pueden hacer todo tipo de comentarios en español, y enviar vía email.

Francisco quiere que todos los exiliados vuelvan a casa. Como buen padre, conocedor de sus hijos, no quiere leernos la cartilla, cosa curiosa la palabra siniestra “pecado” no se menciona, quiere, con la ayuda de todos, adelgazar el libro, quemar las hojas muertas y rancias y dejar sólo lo esencial, el amor y la misericordia.