LA ALINEACIÓN REPUBLICANA

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio.....

   

 

El verano es tiempo de olvidos. Se cierra la casa, se abandona la ciudad, se pone entre paréntesis la sagrada rutina y se vive la misma realidad humana en paisajes nuevos, con gentes nuevas que te producen calambres excitantes.

Verano, éxodo del Egipto esclavizante.

Los medios de comunicación, adicciones nefastas, queriendo o sin querer, nos distraen con los chismes del mundo.

En Irlanda quieren que los confesores acusen en la Plaza Mayor a los curas que se acusaron de acciones pedófilas.

En Inglaterra el imperio Murdoch es un azucarillo a punto de disolverse.

En USA la expresión debt ceiling es la canción del verano. Demócratas y republicanos condenados a entenderse para evitar la bancarrota o lo que sean esos trillones a gastar.

La Conquista de la Casa Blanca, horizonte lejano, es una aventura más larga y más peligrosa que la Conquista del Oeste.

Los demócratas no van a cambiar de caballo. Obama cabalga victorioso y ganará sin apearse.

Los 55 millones de afiliados al partido republicano ya empiezan a discutir la nueva alineación del partido. Una alineación perdedora que cuenta de momento, con ocho hombres blancos, dos mujeres blancas y un negro.

Mi párroco, votante republicano, ya tiene candidata y hace campaña.

La alineación ya forma un equipo de fútbol con nombres más desconocidos que los de la alineación del Numancia.

Todos los jugadores son muy conservadores y muy religiosos. Son mormones, presbiterianos, luteranos, baptistas, católicos…que hacen política y hacen religión. Quieren poner el país en las manos de Dios para que sea él quien lo arregle.

La esencia del partido republicano es inseparable del fundamentalismo religioso. Hacer un guiño al electorado conservador no está de más, sí está demás el beso de la muerte.

Mi párroco ha apostado por Michele Bachmann. Durante los 10 últimos años estuvo afiliada a la iglesia luterana. Esta iglesia afirma en su credo: “Identificamos al anticristo con el papado. El Papa es el anticristo porque se pone en el lugar de Cristo”.

Esta lunática, compañera de viaje del Tea Party, tiene como tema estrella su oposición a la “redefinición del matrimonio”.

Esta Michele y otros muchos desconocidos jugadores recorrerán el país, gastarán millones de dólares, besarán niños, se arañarán como gatos, justificarán sus decisiones con una cita bíblica, saldrán en Fox News y terminarán la campaña siendo menos desconocidos, pero igual de irrelevantes, y volverán a casa sin haber conquistado nada.