CURA Y ALCALDE

P. Félix Jiménez Tutor, Sch. P...

   

 

Hay partos sin complicaciones, sin dolor, y a su hora y los hay forzados y con cesárea.

Soria, donde sólo los chismes son noticia, no ha necesitado el esperma espúreo de Ides para parir un nuevo alcalde.

Las elecciones, Vogue en las vallas, nos han dado una buena noticia. Los curas también pueden ser alcaldes.

El Derecho Canónico, que no es palabra de Dios y del que Jesucristo no conoce ni un solo canon, dice en el número 287: "No han de participar (los clérigos) activamente en los partidos políticos ni en la dirección de asociaciones sindicales, a no ser que, según el juicio de la autoridad eclesiástica permanente, lo exijan la defensa de los derechos de la Iglesia o la promoción del bien común".

El P. Torres, párroco de Cómpeta y profesor de religión de un Instituto y número 1 de la lista del PP, fue el candidato más votado. Seguro que si hubiera encabezado la lista del PSOE también habría resultado ganador.

Hasta aquí me llegan los cuchicheos susurrados por los pasillos del palacio episcopal y las tertulias de los curas y los chistes de los bares del lugar.

El Obispo de Málaga, sorprendido y enojado, abrió la caja de los truenos y lo quiso fulminar.

Me imagino al P. Torres diciendo como Monsignor Quixote, el cura de la novela de Graham Green: "Que le den por saco al obispo".

El Cardenal de Sevilla, Carlos Amigo, intervino para poner un poco de sensatez en el asunto.

Éste afirmó que el P. Torres puede presidir la alcaldía de Cómpeta sin tener que colgar los hábitos y sin dejar de ejercer el ministerio sacerdotal.

El P. Torres seguirá salvando almas y ahora, desde la alcaldía, dignificará y enriquecerá la vida de los ciudadanos, la des sus feligreses y la de los que no necesitan el consuelo de la religión.

Ahora todos uno, bajo un mismo párroco y alcalde.

Si cundiera el ejemplo, tentaciones he tenido, muchos curas serían elegidos.

Las motivaciones de los curas no son ni económicas ni políticas ni de ambición de poder, "alea iacta est", sino altruistas y desinteresadas.

Algo parecido ha sucedido en Vietnam donde, el 20 de mayo del 2007, celebraron las elecciones legislativas.

El Frente Patriótico, partido oficial y único, presentó los "Candidato de las Religiones".

Entre los ciento de candidatos figuraban los nombres de tres curas católicos. Éstos, con permiso de su Obispo, participaron en la campaña electoral para ser la voz, no de la Iglesia, sino la voz de los siete millones de católicos vietnamitas.

Dos resultaron elegidos y, en medio de esa gran asamblea roja, no sé si serán voz roja o silenciosa.

Las manos sucias, que no en la caja, manchadas con los sudores, los trabajos y las luchas de los hombres, es un destino al que todos, curas y seglares, deberíamos aspirar.
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