MONICIONES Y ORACIÓN DE LOS FIELES - CICLO B

 Tercer Domingo de Adviento

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio

   

 

 Escritura:

Isaías 61,1-2.10-11; 1 Tesalonicenses 5, 16-24;
Juan 1, 6-8.19-28

ENTRADA

Bienvenidos a la celebración de la eucaristía en el tercer domingo de Adviento.

Hoy, la Iglesia nos invita a la alegría y a la acción de gracias. La salvación y la sanación de los corazones están ya más cerca. Las profecías se cumplen. La voz resuena con más fuerza. El pueblo de Dios, reunido en la iglesia del Pilar quiere celebrar con júbilo esta eucaristía, quiere revestirse con la justicia y el amor que Dios nos trae y quiere alimentar su vida cristiana.

Comencemos nuestra fiesta con el canto de entrada.

PRIMERA LECTURA

Esta profecía de Isaías es cumplida por Jesucristo, el poseedor del Espíritu, el escogido para anunciar la buena noticia a todos los hombres y para traernos la alegría de la salvación.

Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios.

SEGUNDA LECTURA

Ser cristiano en plenitud, nos escribe Pablo, exige tres cosas:

Estar siempre alegres, orar sin cesar, y dar gracias por todo.

Nosotros, en esta eucaristía, oramos alegres y damos gracias al Padre.

Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios.

EVANGELIO

¿Quién eres tú?, le preguntan a Juan.

Juan fue testigo de la luz y voz que anunció el perdón y la presencia de Jesús y del Espíritu.

Con nuestra presencia en la iglesia anunciamos que queremos ser testigos y la voz del Señor para los hermanos.

Escuchemos la proclamación del Evangelio.

ORACIÓN DE LOS FIELES

  1. Oremos por la Iglesia para que sea la voz del Señor, la voz de la justicia y del amor.

  2. Oremos por los gobernantes de las naciones para que luchen por la igualdad, la solidaridad y la paz entre los pueblos.

  3. Oremos por los pobres, los enfermos, los que viven solos y los encarcelados para que reciban nuestro apoyo y nuestra visita.

  4. Oremos por la comunidad del Pilar para que siga siendo signo del amor de Dios a los hombres.

  5. Oremos por los difuntos de nuestra parroquia y (nombres…) para que el Señor los asocie a la mesa del Reino de los cielos.