MONICIONES Y ORACIÓN DE LOS FIELES - CICLO A

Cuarto Domingo de Cuaresma

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio

   

 

 Escritura:

1 Samuel 16, 1.6-7.10-13; Efesios 5, 8-14;
Juan 9, 1-41

ENTRADA

Bienvenidos a la fiesta de la eucaristía. La bienvenida nos la da el Señor que nos ha ungido con su Espíritu. A nosotros nos toca responder, acoger y celebrar el don de Dios. Juntos vamos haciendo el camino cuaresmal. Camino de tentación y conversión, camino bautismal y de luz. Tiempo de bajar las escaleras que llevan a la piscina del bautismo, tiempo de desprendernos de la ropa vieja para sumergirnos en las aguas de la vida.

Entonemos el canto de entrada.

PRIMERA LECTURA

Para el Señor todos podemos dar la talla, todos podemos ser elegidos. Los hombres tienen su peculiar manera de medir los méritos de cada uno y de elegir. Los hombres miran los apellidos, los títulos, las apariencias…

Dios mira el corazón. Hoy, el Señor se fija en ti, te llama y te unge con su Espíritu.

Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios.

SEGUNDA LECTURA.

San Pablo nos urge a los creyentes a denunciar el mal que existe entre nosotros. Todo iría mejor si a cada cosa, a cada conducta y a cada persona la llamáramos por su nombre. Llamar al pecado, pecado y a la luz, luz.

Pidamos sabiduría y valor para que esta cuaresma sea tiempo de iluminación para todos.

Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios.

EVANGELIO

El desierto y la tentación. El pozo de Jacob y la sed. La piscina de Siloé y la vista. Catequesis bautismales para cristianos que quieren llegar a un encuentro con Jesús, que quieren renovar su compromiso y su fe en la iglesia de Jesús, que quieren ver su vida con los ojos de Jesús.

Escuchemos la proclamación del evangelio.

ORACIÓN DE LOS FIELES

  1. Por nosotros los creyentes del Pilar para que comprendamos y vivamos mejor nuestro bautismo.

  2. Por todos los catecúmenos de la iglesia que se preparan para recibir los sacramentos de iniciación la noche de Pascua para que sean fieles hasta el final.

  3. Por las necesidades materiales y espirituales de la iglesia católica y por todos sus ministros.

  4. Por los enfermos y atribulados y por los que se encomiendan a nuestras oraciones.

  5. Por los difuntos de nuestras familias (nombres) para que purificados por el amor salvador de Dios gocen de la vida eterna.