MONICIONES Y ORACIÓN DE LOS FIELES - CICLO A

 Decimotercero Domingo del Tiempo Ordinario

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio

   

 

 Escritura:

2 Reyes 4, 8-11.14-16; Romanos 6, 3-4.8-11;
Mateo 10, 37-42

ENTRADA

Bienvenidos hermanos a la celebración del encuentro con Cristo.

Cristo nos convoca, nos habla y nos alimenta y es el huésped que tenemos que acoger en nuestra casa.

Hoy, es fiesta y venimos a decir sí a Dios y sí a los hermanos.

El Espíritu tiene que actuar con su fuerza en nosotros y tiene que ayudarnos a despertar a lo bueno, lo justo y lo verdadero.

Celebremos el día del Señor con alegría y con fe.

Entonemos juntos el canto de entrada.

PRIMERA LECTURA

En esta lectura, una mujer sin nombre, se convierte en modelo de fe y de servicio. La generosa acogida que dispensa al profeta Eliseo se ve recompensada con el fruto de la vida.

Acoger a Dios es acoger la vida, es entrar en comunión con el autor de la vida presente y futura.

Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios.

SEGUNDA LECTURA

Pablo nos recuerda el acontecimiento más importante de nuestra vida: el Bautismo.

El Bautismo nos une a Cristo, nos hace morir al pecado y al hombre viejo, nos hace hombres nuevos, nos hace vivir para Dios en Cristo Jesús.

Solamente hay una muerte verdadera: la muerte al amor de Dios. Solamente hay una vida verdadera: la vida en el amor de Dios que no pasa nunca.

Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios.

EVANGELIO

Las condiciones que enumera el evangelio para seguir a Jesús son claras y exigentes.

Nadie es digno de Jesús si no lo considera como el primero. Jesús quiere ser el primero en nuestra vida pero también quiere que recibamos a los suyos, los pequeños como si de él mismo se tratara. Nuestro amor a Jesús se traduce en servicio, acogida y amor.

Escuchemos la proclamación del Evangelio.

ORACIÓN DE LOS FIELES

  1. Por la Iglesia universal y por las iglesias locales para que Jesús sea el modelo de su amor y servicio.

  2. Por todos los movimientos que promueven el evangelio, por todos los profetas y predicadores que hay entre nosotros.

  3. Por todos los gobernantes para que alimenten y hagan justicia a los más débiles.

  4. Por todos los jóvenes para que sean animados a vivir la fe por sus padres, educadores y pastores.

  5. Por todos los difuntos de nuestra comunidad (nombres…) para que sean asociados a la herencia de los santos.