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MONICIONES Y ORACIÓN DE LOS FIELES - CICLO A Decimotercero Domingo del Tiempo Ordinario P. Félix Jiménez Tutor, escolapio |
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ENTRADA Bienvenidos hermanos a la celebración del encuentro con Cristo. Cristo nos convoca, nos habla y nos alimenta y es el huésped que tenemos que acoger en nuestra casa. Hoy, es fiesta y venimos a decir sí a Dios y sí a los hermanos. El Espíritu tiene que actuar con su fuerza en nosotros y tiene que ayudarnos a despertar a lo bueno, lo justo y lo verdadero. Celebremos el día del Señor con alegría y con fe. Entonemos juntos el canto de entrada. PRIMERA LECTURA En esta lectura, una mujer sin nombre, se convierte en modelo de fe y de servicio. La generosa acogida que dispensa al profeta Eliseo se ve recompensada con el fruto de la vida. Acoger a Dios es acoger la vida, es entrar en comunión con el autor de la vida presente y futura. Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios. SEGUNDA LECTURA Pablo nos recuerda el acontecimiento más importante de nuestra vida: el Bautismo. El Bautismo nos une a Cristo, nos hace morir al pecado y al hombre viejo, nos hace hombres nuevos, nos hace vivir para Dios en Cristo Jesús. Solamente hay una muerte verdadera: la muerte al amor de Dios. Solamente hay una vida verdadera: la vida en el amor de Dios que no pasa nunca. Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios. EVANGELIO Las condiciones que enumera el evangelio para seguir a Jesús son claras y exigentes. Nadie es digno de Jesús si no lo considera como el primero. Jesús quiere ser el primero en nuestra vida pero también quiere que recibamos a los suyos, los pequeños como si de él mismo se tratara. Nuestro amor a Jesús se traduce en servicio, acogida y amor. Escuchemos la proclamación del Evangelio. ORACIÓN DE LOS FIELES
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