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MONICIONES Y ORACIÓN DE LOS FIELES - CICLO B Vigésimo tercero Domingo del Tiempo Ordinario P. Félix Jiménez Tutor, escolapio |
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ENTRADA Bienvenidos todos a la celebración de la eucaristía dominical. El Señor quiere abrir nuestros oídos al mensaje de Dios y a los gritos de los hermanos. Oír a Dios que nos habla es indispensable para oír a los hermanos. La Eucaristía es la fiesta de la escucha de la Palabra. Dios quiere hacer este milagro, hoy, en cada uno de sus hijos: Señor, que oiga y que vea. Celebremos juntos esta eucaristía y entonemos el canto de entrada. MONICIÓN A LA PRIMERA LECTURA Isaías profetiza que la tristeza del pueblo se convertirá en alegría y que el destierro terminará con la vuelta a casa. El reverdecer del desierto, la sanación de los enfermos y la alegría de los tristes son los signos de la presencia de Dios y de la venida del Mesías. Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios. MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA Nuestra fe en el Señor Jesús nos obliga a tener fe en los hermanos, a escuchar sus necesidades y a querer a todos sin distinción. La fe en el Señor Jesús no discrimina a nadie y nos invita a aceptar a los pobres, especialmente a los más pobres. Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios. MONICIÓN AL EVANGELIO Jesús, a través del poder de Dios, cambia la vida del hombre que no podía ni oír ni hablar. Los milagros de Jesús son milagros de vida y resurrección. Nacer a algo nuevo, vivir para algo nuevo, morir para alguien más grande que nosotros. ¿Hará el Señor un milagro entre nosotros este domingo? Escuchemos la proclamación del Evangelio. ORACIÓN DE LOS FIELES
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