MONICIONES Y ORACIÓN DE LOS FIELES - CICLO B

Vigésimo tercero Domingo del Tiempo Ordinario

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio

   

 

 Escritura:

Isaías 35, 4-7; Santiago 2, 1-5; Marcos 7, 31-37

ENTRADA

Bienvenidos todos a la celebración de la eucaristía dominical.

El Señor quiere abrir nuestros oídos al mensaje de Dios y a los gritos de los hermanos. Oír a Dios que nos habla es indispensable para oír a los hermanos. La Eucaristía es la fiesta de la escucha de la Palabra. Dios quiere hacer este milagro, hoy, en cada uno de sus hijos: Señor, que oiga y que vea.

Celebremos juntos esta eucaristía y entonemos el canto de entrada.

MONICIÓN A LA PRIMERA LECTURA

Isaías profetiza que la tristeza del pueblo se convertirá en alegría y que el destierro terminará con la vuelta a casa.

El reverdecer del desierto, la sanación de los enfermos y la alegría de los tristes son los signos de la presencia de Dios y de la venida del Mesías.

Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios.

MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA

Nuestra fe en el Señor Jesús nos obliga a tener fe en los hermanos, a escuchar sus necesidades y a querer a todos sin distinción. La fe en el Señor Jesús no discrimina a nadie y nos invita a aceptar a los pobres, especialmente a los más pobres.

Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios.

MONICIÓN AL EVANGELIO

Jesús, a través del poder de Dios, cambia la vida del hombre que no podía ni oír ni hablar. Los milagros de Jesús son milagros de vida y resurrección.

Nacer a algo nuevo, vivir para algo nuevo, morir para alguien más grande que nosotros. ¿Hará el Señor un milagro entre nosotros este domingo?

Escuchemos la proclamación del Evangelio.

ORACIÓN DE LOS FIELES

  1. Dios bendice a su Iglesia con la fe.
    Oremos por el pueblo de Dios que vive por la fe; por los que empiezan a creer y por los que luchan por creer.

  2. Dios bendice al mundo con la paz.
    Oremos por los que no oyen los gritos de las víctimas de la guerra y la violencia y por los que trabajan por la paz.

  3. Dios bendice a los enfermos con la sanación.
    Oremos por los que sufren y viven el dolor de la enfermedad, la ancianidad o la soledad.

  4. Dios bendice a sus hijos con la sabiduría.
    Oremos por los niños y jóvenes de nuestra comunidad para que a lo largo del año escolar crezcan en sabiduría y en amistad con Dios.

  5. Dios bendice a los difuntos con la vida.
    Oremos por los difuntos y (nombres…) para que el Señor les conceda su gloria y su paz.