MONICIONES Y ORACIÓN DE LOS FIELES - Tres ciclos

Solemnidad: Inmaculada Concepción de la Virgen María

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio

   

 

 Escritura:

Génesis 3,9-15.20; Efesios 1,3-6.11-12;
Lucas 1, 26-38

ENTRADA

En nuestro viaje de Adviento celebramos la fiesta de la Inmaculada. María, limpia de pecado y concebida sin pecado original. María, madre por la fe y la obediencia a Dios, espera con nosotros la venida del Hijo que nos trae la gracia y la verdad.

En este tiempo de Adviento intensificamos nuestra oración y con María esperamos vigilantes la venida del Señor.

Celebremos con gozo esta eucaristía y entonemos el canto de entrada.

MONICIÓN A LA PRIMERA LECTURA

Eva es la madre de los que necesitan redención y desean volver al paraíso perdido.

María es la madre de los creyentes, la que por su fe aplastó la cabeza de la serpiente primordial. María es la nueva Eva, la que nos trae la nueva vida y nos abre las puertas de la nueva alianza en y con Jesucristo.

Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios.

MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA

Como María, todos nosotros hemos sido también elegidos y llamados a vivir una vida santa y convocados a proclamar la alabanza de su gloria y a heredar la promesa de la salvación que nos trae el Hijo único de Dios.

Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios.

MONICIÓN AL EVANGELIO

“Hágase”. El sí de María generoso y fecundo nos abrió la fuente de todas las bendiciones de Dios Padre.

Nuestro sí, grande o pequeño, tiene que ser fuente de bendición para nuestra vida cristiana y bendición para todos los que nos rodean.

Escuchemos la proclamación del Evangelio.

ORACIÓN DE LOS FIELES

  1. Oremos por el Papa y los obispos, pastores del pueblo de Dios, para que con su ejemplo y su palabra animen a los cristianos a vivir santamente como lo hizo María.

  2. Oremos por los líderes de las naciones, servidores de los ciudadanos, para que sus decisiones promuevan el bien común, construyan puentes de paz entre los pueblos y el mundo sea un lugar más justo y amable.

  3. Oremos por las madres, educadoras de sus hijos, para que les acompañen y los vean crecer como buenos ciudadanos y cristianos.

  4. Oremos por todos nosotros, oyentes de la Palabra, para que la vivamos y edifiquemos la civilización de la vida y del amor.

  5. Oremos por los niños y los jóvenes, futuro de la Iglesia y de la sociedad, para que, imitando a María, maduren en la fe y el servicio.

  6. Oremos por los difuntos de la parroquia y (nombres…) que nos han precedido en el Reino para que podamos reunirnos y gozar con ellos de la vida resucitada.