MONICIONES Y ORACIÓN DE LOS FIELES - CICLO B

Cuarto Domingo de Pascua

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio

   

 

 Escritura:

 

Hechos de los Apóstoles 4, 8-12; 1 Juan 3, 1-2;
Juan 10, 11-18

ENTRADA

Bienvenidos, hermanos y hermanas, a la mesa del Señor, a la asamblea de los que celebran a Jesucristo Resucitado.

Este domingo la Iglesia entera ora al Padre por las vocaciones al sacerdocio. Jesucristo, el buen pastor, necesita pastores que acompañen y guíen a su rebaño.

Este domingo somos invitados a conocer a Jesús, a seguirle y a escuchar lo que quiere de nosotros.

Celebremos con gozo la mesa donde se edifica la Iglesia, la mesa preparada para nuestra salvación.

Entonemos juntos el canto de entrada.

PRIMERA LECTURA

Pedro da testimonio con sus palabras y sus gestos de su fe en Jesucristo.

Pedro habla sin miedo de Jesús, el buen pastor, que da la vida por sus ovejas.

Pedro nos recuerda a los creyentes que no hay salvación fuera de Jesucristo.

Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios.

SEGUNDA LECTURA

Contemplemos la imagen de nuestra relación con Dios en Cristo: somos hijos.

Relación que tenemos que vivir con confianza ya que los bautizados somos para siempre hijos amados de Dios.

Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios.

EVANGELIO

Evangelio del Buen Pastor. Él nos conoce como es conocido por el Padre. Y quiere que nuestra intimidad con Él sea como su intimidad con Dios Padre. Todos los hombres están llamados a vivir en esta intimidad. Todos llamados a escuchar su voz y seguirle.

Escuchemos la proclamación del Evangelio.

ORACIÓN DE LOS FIELES

  1. Oremos por el Papa, los obispos y sacerdotes para que, a ejemplo del Buen Pastor, animen y guíen al rebaño de Cristo.

  2. Oremos por los gobernantes para que olvidándose de sus ambiciones personales, pongan su autoridad al servicio de la paz y el bienestar de los hombres.

  3. Oremos por la comunidad del Pilar, pequeño rebaño de Cristo, para que conozca mejor a su Señor y le siga con fe y con amor.

  4. Oremos por nuestros jóvenes par que iluminados por Cristo le sigan con generosidad y algunos descubran la belleza del servicio a través de la vocación sacerdotal.

  5. Oremos por los enfermos, los que viven en soledad, y en la cárcel, para que escuchen  la llamada del buen Pastor.

  6. Oremos por los difuntos de nuestras familias y de la parroquia y (nombres…) para que el Resucitado los asocie al Reino de los que viven para siempre con Él.