MONICIONES Y ORACIÓN DE LOS FIELES - CICLO A

Séptimo Domingo de PASCUA

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio

   

 

 Escritura:

Hechos 1, 12-14; 1 Pedro 4, 13-16; Juan 17, 1-11

ENTRADA

Bienvenidos hermanos a nuestra celebración del día del Señor. Entramos en una semana de oración para celebrar la fiesta de la efusión del Espíritu Santo. Nuestra iglesia es hoy nuestro cenáculo.

El gozo pascual se convierte en oración serena. La escucha de la Palabra se convierte en catequesis del Espíritu y la mesa en alimento de vida y la presencia de los hermanos en signo de amor y de esperanza.

Entonemos todos el canto de entrada.

PRIMERA LECTURA

Los apóstoles con María están reunidos para orar. Tienen miedo y no saben qué hacer en ausencia del Señor. Esperan, en oración, que se cumpla la promesa del Señor, la promesa de un Maestro nuevo, de un corazón nuevo, de un valor nuevo, del Espíritu Santo.

Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios.

SEGUNDA LECTURA

Alégrense de participar en los sufrimientos de Cristo. Siéntanse orgullosos de su nuevo nombre, cristianos.

Hay que sufrir sí, pero no por cualquier causa sino por la causa de Cristo y su evangelio.

Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios.

EVANGELIO

Nosotros permanecemos aquí, entre paganos y peligros, y tenemos que permanecer firmes en la fe en Jesús, firmes en el servicio a su iglesia y firmes en el servicio a los hermanos. Que nadie nos robe el tesoro de nuestra vida en el Espíritu.

Escuchemos la proclamación del Evangelio.

ORACIÓN DE LOS FIELES

  1. Oremos por la iglesia, pueblo peregrino de Dios, para que persevere en la oración y en alabanza.

  2. Oremos por nuestra comunidad para que se deje conducir por el Espíritu Santo.

  3. Oremos por todos nuestros hermanos que sufren enfermedad, soledad y marginación.

  4. Oremos por los niños y jóvenes que celebran en estos días el sacramento de la eucaristía y de la confirmación y por sus familias para que sean piedras vivas de la iglesia.

  5. Oremos por nuestros gobernantes para que respeten la ley y sean servidores del bien común.

  6. Oremos por nuestros difuntos y (nombres…) para que contemplen a Dios cara a cara en el reino de los vivos.