MONICIONES Y PRECES PARA LOS TRES CICLOS

Domingo de Pascua de la Resurrección del Señor

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio

   

 

 Escritura:

Hechos 10, 34.37-43; Colosenses 3, 1-4;
Juan 20, 1-9

 

MONICIÓN DE ENTRADA

"Este es el día que hizo el Señor sea nuestra alegría y nuestro gozo".

Bienvenidos hermanos y hermanas, a la fiesta de las fiestas, a la celebración de la Pascua de Resurrección.

Hoy, todo es alegría y gozo. Hoy, nos congregamos para cantar la victoria de Cristo sobre la muerte, su muerte y la nuestra.

Alegrémonos y celebremos gozosos la Pascua del Señor.

Entonemos juntos el canto de entrada.

PRIMERA LECTURA

Nosotros somos testigos, dice Pedro, de todo lo que hizo Jesús y somos también testigos de que vive.

Los aquí reunidos somos también llamados a experimentar su vida resucitada y a predicar nuestra fe pascual a los hermanos.

Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios.

SEGUNDA LECTURA

Los redimidos tenemos una meta nueva, un horizonte más allá de todo horizonte. Cristo muerto y resucitado, es nuestro destino final y nuestra herencia para siempre.

Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios.

EVANGELIO

Entender la Escritura. Ver y creer. Celebrar y reír. La tumba no puede contener al Hijo de Dios. Aquí en la tierra quedan las vendas y el sudario. Nosotros espiamos el misterio pero sólo Dios tiene la llave.

Escuchemos la proclamación del Evangelio.

ORACIÓN DE LOS FIELES

  1. Oremos por la iglesia, extendida por toda la tierra, para que proclame con gozo a todos los hombres que Cristo vive, que en Él hay victoria y vida para siempre. Roguemos al Señor.

  2. Oremos por los que sufren pobreza, enfermedad, soledad y cercanía de la hermana muerte, para que la esperanza de la resurrección y la bondad de Dios siembre en sus corazones paz y consuelo. Roguemos al Señor.

  3. Oremos por nosotros, los que celebramos este día de gloria, para que en las pruebas y en las dificultades del día a día Cristo resucitado sea siempre nuestra fuerza e inspiración. Roguemos al Señor.

  4. Oremos por los niños y los jóvenes, muchas veces alejados de la iglesia, para que nuestro ejemplo y nuestra alegría los acerquen a la luz que no se apaga de Cristo resucitado. Roguemos al Señor.

  5. Oremos por nuestros difuntos para que con Cristo y por el poder de Dios sean también despertados a la vida nueva y lo contemplen cara a cara. Roguemos al Señor.