MONICIONES Y PRECES PARA LOS TRES CICLOS

 Fiesta de la Presentación del Señor

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio

   

 

 Escritura:

Malaquías 3, 1-4; Hebreos 2, 14-18; Lucas 2, 22-40

ENTRADA

Hoy, celebramos la Presentación de Jesús en el templo, su presencia en esta casa y también su presencia en medio de nosotros.

Hemos venido aquí con la confianza de encontrarnos con el Señor, de recibir la ilusión para nuestro vivir y de escuchar una palabra suya que nos ayude a ser mejores.

Juntos vamos a celebrar la eucaristía, juntos vamos a abrir el corazón y juntos vamos a alabar a nuestro Dios. Presentémonos ante El con fe y dispuestos a escucharle.

Entonemos el canto de entrada.

PRIMERA LECTURA

El Señor vendrá a su templo, nos dice el profeta, y se manifestará a su pueblo.

También vendrá su mensajero a preparar el día del Señor y a purificar a su pueblo para que le ofrezca un sacrificio agradable.

Preparemos el día del Señor y purifiquemos nuestra vida para agradar a Dios y a los hermanos.

Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios.

SEGUNDA LECTURA

El Señor vino como uno de nosotros. El Rey de la Gloria quiso compartir nuestra humanidad, nuestra debilidad y nuestro sufrimiento convirtiéndose así en nuestro verdadero sacerdote.

Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios.

EVANGELIO

Evangelio de la obediencia de la sagrada familia a la ley.

Purificación de María. Presentación de Jesús como el Mesías esperado y el nuevo templo de Dios. Escenas de la vida de una familia que nos invitan a la confianza de que Dios cumplirá su promesa.

Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios.

ORACIÓN DE LOS FIELES

  1. Por el Papa, los obispos y todos los que tienen autoridad en la iglesia para que la ejerzan con amor.

  2. Por las familias, para que las relaciones entre padres e hijos se vivan en un clima de confianza, aceptación y amor.

  3. Por los líderes de las naciones para que en el ejercicio de su autoridad sean muy sensibles a las necesidades de los más humildes y necesitados.

  4. Por los enfermos de nuestra parroquia, los que están en las casas y los hospitales para que confíen en el Señor y nosotros los visitemos.

  5. Por todos los difuntos de la comunidad y (nombres) para que sean llevados a la casa y a la compañía del Señor resucitado.