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MONICIONES Y ORACIÓN DE LOS FIELES - Tres ciclos Solemnidad: San José, Esposo de la Virgen María P. Félix Jiménez Tutor, escolapio |
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ENTRADA Bienvenidos a la celebración de la Eucaristía. Celebramos, hoy, la fiesta de San José, esposo de María. José, hombre anónimo y justo, recibió la misión de custodiar a María y a su hijo Jesús y cumplió esta tarea con amor y fidelidad. En José honramos a todos los padres anónimos de nuestras familias que custodian y educan con dedicación y paciencia a sus hijos. Ojalá esta tarea incluya también la transmisión de la herencia espiritual, la fe. Todos unidos celebremos la Eucaristía en este día de fiesta y alabemos al mejor de los padres, Dios Padre. Entonemos el canto de entrada. MONICIÓN A LA PRIMERA LECTURA El profeta Natán promete al rey David un descendiente que reinará siempre y que edificará un templo en el que el pueblo dará culto a Dios. Este descendiente es Jesús al que llamamos el Hijo de David. Gracias a Jesús, el nuevo templo, podemos adorar a Dios en espíritu y verdad sin necesidad de templos. Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios. MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA Todo depende de la fe, todo es gracia, nos escribe San Pablo. Sólo por la fe somos salvados y justificados. Abrahán, José y todos los servidores de Dios vivieron arraigados en una fe grande en Dios. Nosotros heredaremos las promesas y seremos celebrados no por nuestras obras sino por nuestra fe y obediencia. Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios. MONICIÓN AL EVANGELIO Jerusalén es la ciudad santa, la ciudad de la fiesta de la Pascua. José, María y Jesús peregrinan a la ciudad. Jesús se queda en la casa de su Padre, en el templo. Frustración y enfado de José que busca al hijo perdido. Es tarea de todos los padres buscar y encontrar a tantos hijos perdidos. Escuchemos la proclamación del Evangelio. ORACIÓN DE LOS FIELES
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