PÓNTELO, PLEASE

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio

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“Y vi una puerta abierta en el cielo”, dice el autor del Apocalipsis, pero yo no he visto ninguna puerta abierta en la tierra.

Una sola frase de Benedicto XVI ha provocado un tsunami informativo y una gran confusión en la Iglesia.

Benedicto XVI publica encíclicas, predica cientos de sermones sobre los santos, exhorta a bomberos y deportistas… páginas y páginas que recoge la revista Ecclesia y que son ignoradas. No hacen ruido.

Todos seleccionamos nuestros ruidos.

Algunos Arzobispos de África aconsejan desde el púlpito el uso del preservativo a los enfermos del Sida, “Póntelo, Please”, y no son noticia.

Comenta un párroco de Sudáfrica que cuando habla a las jóvenes de 12 años les recomienda la abstinencia, pero “cuando trato a los trabajadores del sexo les doy un preservativo porque sé que sus vidas están en juego”.

Yo confieso con toda humildad, yo que soy polvo y ceniza, que me asusta que un hombre, ostente el título que ostente, tenga todo el poder y toda la verdad.

Para el Papa el uso del preservativo es “un primer paso hacia la moralidad, una primera asunción de la responsabilidad, un “mal menor” para prevenir un mal mayor, la muerte de un ser humano.

Hasta yo puedo matar a un alumno, “mal menor”, en defensa propia según Santo Tomás.

El P. Lombardi, portavoz del Vaticano, ha creado más confusión a los obispos al afirmar que la afirmación del Papa no se refiere sólo a los “prostitutos” –palabra que enriquece mi vocabulario- sino también a los hombres, mujeres y transexuales en sus relaciones.

En fin, un atasco sin salida para los expertos en moral. La gente normal hace tiempo que encontró la salida.

Los obispos, los curas y los movimientos conservadores han puesto el grito en el cielo para que no se les caiga encima.

“Lo siento, amo al Santo Padre muchísimo, pero en este tema estoy en total desacuerdo con él”, escribe en su blog el P. Tim Finigan.

Otro cura ha puesto una caja de Pandora en la portada del libro de Benedicto XVI de la que salen todos los males del mundo.

Sí, se han rebelado y se consuelan diciendo que -nada ha cambiado- porque la cita papal no habla de las relaciones dirigidas a la procreación.

Los conservadores creen que el sexo es un acto utilitario, propio de la zoología animal, sin pasión, un mal necesario.

El sexo es el Big Bang de la felicidad humana, el éxtasis de la primera creación.

El sexo es invento de Dios que dijo: “serán los dos una sola carne”. Nos diviniza.

El sexo asusta, pero no se puede abolir.

Póntelo, Please, -mal menor- para una comunión total, sin muerte.