LA RELIGIÓN ORGANIZADA Y JUDAS

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio......

   

 

Más de una vez conversando con algún joven le he preguntado por su background religioso y más de una vez he recibido esta respuesta: "Crecí católico pero la "religión organizada" ya no me interesa".

Las religiones organizadas con sus dogmas y jerarquías, con sus ritos y tradiciones, con su presencia en tantos conflictos históricos, son juzgadas por muchos por lo accidental y periférico.

En estos tiempos narcisistas e individualistas, tolerantes y permisivos, han brotado espontáneamente miles de espiritualidades frente a la obstinada rigidez de las religiones organizadas. Espiritualidades orientales, new age, yoga, zen… en las que cada individuo es infalible y fuente única de verdad.

Este fenómeno no es nuevo. Todas las religiones han segregado jugos gástricos muy variados, "heréticos", con un lenguaje secreto y un código nuevo.

Los evangelios apócrifos, entre los que se encuentra el recién traducido Evangelio de Judas, son una corriente subterránea de espiritualidad cristiana paralela a la oficial. Es la espiritualidad de los gnósticos. La salvación viene por el conocimiento secreto y revelado por Dios a cada uno. No hay pecado que expiar, a no ser el de la ignorancia. Y cuando en el año 382 de nuestra era se fijó el canon bíblico para siempre, los evangelios apócrifos no pasaron el corte. Éstos, ahora, inspiran una literatura de masas: "The Da Vinci Code", " Holy Blood, Holy Grail", "The Jesús Papers"…

Estos libros secretos, según Ehrman, prueban que "en el mundo antiguo, la cristiandad era más diversa de lo que hoy es".

El evangelio de Judas, rescatado de las entrañas de la tierra en 1970, y su traducción aún caliente, empieza a palpitar y a tener vida propia. San Irineo lo leyó en su versión griega y en el año 180 lo declaró herético, aún no existía el Índice de los libros prohibidos. El texto, encontrado en el desierto egipcio, está escrito en copto y data del año 300.

La religión organizada vio a Judas como el traidor, el del beso pútrido, el no arrepentido y el ahorcado.

Durante largos meses, el año pasado, se representó en un teatro de off-Broadway la obra: "Los últimos días de Judas Iscariote". En este juicio Judas es declarado culpable y va de cogote al infierno por suicida y traidor. "Todo gran héroe necesita un gran villano y Judas sirve para este fin literario", dice J. Martin, asesor de la obra.

La iglesia canoniza, declara santos, pero aún no se ha atrevido, como Dante, a colocar a nadie, ni siquiera a Judas en el infierno que, yo creo, está vacío.

La visión gnóstica de Judas es más íntima y optimista.

"El relato secreto de la revelación que Jesús habló en conversación con Judas Iscariote durante una semana tres días antes de que celebrara la Pascua", así comienza el Evangelio de Judas.

Judas no es el traidor ni la oveja negra del grupo, es el confidente de Jesús, el elegido, al que le revela los secretos espirituales: "Ven, para que pueda enseñarte los secretos que ninguna persona ha visto". "Mira, a ti se te ha dicho todo. Tú sobrepasarás a todos. Porque sacrificarás al hombre del que me visto".

Judas es el que entiende a Jesús. El que tiene gnosis, conocimiento secreto y revelado por Dios.

Judas le dijo: "Yo sé quien eres y de donde has venido. Eres del reino inmortal de Barbelo. (Dios en su aspecto femenino) Y yo no soy digno de balbucear el nombre del que te envió".

Judas no es un antagonista, es un colaborador de Dios. Si la muerte de Jesús era parte del plan de Dios e inevitable, la traición también estaba prevista en el plan de Dios e inevitable. "Apártate de los otros y te diré los misterios del reino. Te es posible alcanzarlo, pero sufrirás mucho". "La estrella que indica el camino es tu estrella".

El Evangelio de Judas cuenta una historia, no la historia, ¿quién conoce la verdadera historia?, una historia más que interesante que hará soñar y de la que nacerán otras muchas historias y otros muchos Judas.
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