Los
archiveros, testigos de nada, a falta del jugo y de los calambres de la vida, se
contentan con unos papeles, versiones de segunda o tercera mano para hablar de
un pasado evanescente.
La novela histórica lo mismo desempolva la vida de los Césares que la de los
Borgia, de Alejandro VI y sus amoríos pecaminosos y escandalosos, y si no
existen los papelitos entre los polvos, existe la imaginación.
Las biografías, las de los héroes y las de los santos, noveladas, son literatura
heróica o literatura piadosa, fruto de la imaginación y de posaderas eruditas.
La novela que más me gusta es la de San José, - (confieso que tengo un conflicto
con él) - ese hombre que no hizo nada, no tocó nada, no dijo nada, no escribió
un libro, no plantó un árbol, no engendró un hijo, archivos libres de polvos y
de pajas…la imaginación no necesita nada para escribir un gran sermón o una gran
novela histórica, si no pregúntenselo ustedes al “Evangelio según Jesucristo” de
Saramago.
Del pasado personal hay que recordar los días felices, del pasado institucional
hay que hacer memoria de los días nefastos, los mortales.
El periódico La Croix, en la sección Religión, traía hace un par de días un
titular que llamó mi atención, decía: “Abus chez les bénédictines de Montmartre:
Il y a eu une grave lâcheté au sein de l’Église”.
“Abuso en las benedictinas de Montmartre: Hubo una gran cobardía en el seno de
la Iglesia”.
Las benedictinas, después de veinte años, dedicaron un largo fin de semana a
re-pensar, a re-escribir, a asumir el pasado del cual ellas mismas eran las
protagonistas.
El pasado más canalla siempre vuelve, la gloria es frágil voluta de humo.
El día 2 de mayo de 2023, en un comunicado, confesión pública, las monjas
benedictinas “reconocen un sistema de control de consecuencias graves y
duraderas”.
En este examen de conciencia, veinte años más tarde, la comunidad reconoce “la
dimensión, el poder y la profundidad del control” al que fueron sometidas y sus
consecuencias, abandono de la vida religiosa, no por la pérdida de la vocación
sino por la asfixia humana y espiritual.
El control no era el yugo suave y ligero de Jesús sino el yugo insoportable y
duro de la autoridad humana, de ser leales y obedientes a Dios, infantilizadas
vivieron el miedo de la obediencia a las que se creían Dios y mandaban más que
Él.
Los mediadores uniformados de Mediador.
La palabra humana convertida en oráculo divino.
Las normas humanas revestidas de la gloria del Sinaí.
Camuflaje Religioso para ejercer el gran control.
Dos Visitas Apostólicas a las benedictinas de Montmartre para tomar café y
gosipear un poco, terminaron siendo visitas protocolarias.
Veinte años después las benedictinas de Montmartre en su comunicado presentan
sus excusas a Rosaline de Romanet, la antigua Vicaria General, Marie-Vianney.
(nombre de religiosa)
Reconocen que la Madre Marie-Vianney, priora postiza, le “fue imposible ejercer
su cargo de priora general de 1998 a 2004, que fue humillada gravemente y fue
calumniada ella y su familia ante las Hermanas y la Iglesia”.
La vida conventual, bajo todas sus formas, si las paredes hablaran, no los
polvos de los archivos, sino las paredes, sería un concierto Heavy Metal.
En las iglesias y las capillas conventuales puede sonar el canto gregoriano o el
Tú has venido a la orilla…y la palabra mansa y amable de Jesús, pero los sonidos
amplificados de las guitarras distorsionadas, los sonidos densos, las voces
agudas y…son el concierto Heavy Metal interior.
Las monjas y los frailes, sumisos y obedientes, castos y pobres, eliminado el
Yetzer Hará bíblico deviene una colmena disciplinada, cumplidora de la Regla y
de las reglas, a riesgo de olvidarse del Gran Mandamiento del Amor.
“Esta enfermedad no es de muerte” dice Jesús a sus compañeros de viaje.
Esta enfermedad, la de las congregaciones religiosas en la vieja Europa, no sé
si es de muerte, pero sí sé que es grave, muy grave.
Hay congregaciones cuyos nombres tienen más letras que miembros. La letra
pequeña de la epacta, casi siempre ignorada, a veces curioseada, revela nombres
increibles como, “Capuchinas de la Madre del Divino Pastor y Terciarias del
REBAÑO de MARÍA''. Orden y Mando de San Miguel. Los Hermanos Fosores. Y otra
dedicada a vaciar el vacío Purgatorio. Hasta yo quise ser Fundador con derecho a
título.
El Pasado fue, ya no es.
El Presente es tiempo de fusiones: los bancos se fusionan, las grandes
superficies se comen a las pequeñas tiendas, las naciones se acercan y hermanan,
la UE, las parroquias forman clústers, ecumenismo, evolución, globalización…
El Futuro, Punto Omega, globalización TOTAL. Aleluya.