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HOMILÍA DOMINICAL - CICLO C Trigésimo tercero DOMINGO P. Félix Jiménez Tutor, escolapio |
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EVANGELIO En aquel tiempo, algunos ponderaban la belleza del templo por la calidad de la piedra y los exvotos. Jesús les dijo: -Esto que contempláis, llegará un día en que no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido. Ellos le preguntaron: Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder? Él contestó: Cuidado con que nadie os engañe. Porque muchos vendrán usando mi nombre, diciendo: "el momento está cerca"; no vayáis tras ellos. Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico. Porque eso tiene que ocurrir primero, pero el final no vendrá en seguida. Luego les dijo: Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países, epidemias y hambre. Habrá también espantos y grandes signos en el cielo. Pero antes de todo eso os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a los tribunales y a la cárcel, y os harán comparecer ante reyes y gobernadores por causa de mi nombre; así tendréis ocasión de dar testimonio. Haced propósito de no preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro. Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os traicionarán por causa de mi nombre. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá: con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas.
HOMILÍA 1 "Jesús dijo a algunos que admiraban la belleza del templo, vendrá un día en que no quedará piedra sobre piedra". El templo de Jerusalén reconstruido en el año 19 AC era el símbolo de la fe y de la presencia de Dios para el pueblo judío. Profecía escandalosa de Jesús. Invitación a aceptar la brevedad y fragilidad de las cosas humanas, la vida incluida. "¿Cuándo ocurrirá todo esto?" Fecha de caducidad. Consumir antes de… Tu vida, el mundo, todo tiene fecha de caducidad. Nada es eterno. "Miren de no ser engañados, porque muchos vendrán en mi nombre diciendo: el tiempo está cerca". Hay predicadores que parecen tener la bola de cristal y nos anuncian cada día el fin. Hay iglesias electrónicas que nos bombardean con el tiempo está ya cerca. Hay sectas y fanáticos cuyo único mensaje es el del mundo se acaba. "Miren de no ser engañados. No se vayan tras ellos, "nos aconseja el mismo Señor. Esta palabra es la condena de todos esos visionarios que anuncian lo que no conocen. El futuro pertenece sólo a Dios. Y su presencia y sus promesas son nuestros compañeros en este presente de nuestras vidas. El primer aviso de Jesús a todos nosotros es "cuidado con los falsos profetas". Tenemos que vivir nuestra vida día a día, "a cada día le basta su afán", sin preocuparnos por el cuando. Jesús no quiere que sus seguidores se zambullan en la fiebre apocalíptica que obsesiona a tantos predicadores. Jesús no quiere que nos arrojemos en los brazos de un charlatán de feria que dice tener la solución a tus problemas. Jesús no quiere que nos dejemos embaucar por los profetas que nos prometen el paraíso en la tierra. Sin perder de vista el futuro de Dios, tenemos que enfocar el presente y vivirlo en el servicio y en el compromiso, en la lucha y en la oración. "Cuando oigan ruido de guerras y revoluciones no se espanten". El segundo aviso de Jesús es no tener miedo. La naturaleza ruge. Los volcanes vomitan sangre. Los huracanes matan. Los hombres se arman para hacer la guerra… Y nosotros, aturdidos y mudos, preguntamos: ¿cómo se puede creer en Dios y en su programa de felicidad ante el azote de tanta desgracia? ¡Qué prueba para la fe! Abrahán a pesar de todo creyó. Y a pesar de todo la esperanza. Dios es el dueño de la historia pero hay que saber esperar. El futuro es de Dios y nuestro futuro está en las manos providentes de Dios. El Señor nos invita a amar nuestro hoy con sus pequeñas o grandes catástrofes. El futuro radiante de Dios tiene que iluminar tu catástrofe de hoy. Reconstruir la vida que Dios nos ha dado. Mirando a lo que tienes. Mirando a lo que es posible. Mirando lo que puedes hacer. Reconstruir después de la catástrofe: divorcio, droga, muerte, trabajo, fracaso… Reconstruir con el baño de sangre que nos hace amigos de Dios y hermano de los hermanos. Tres promesas:
La fe no nos ahorra el sufrimiento pero nos da la vida. La fe no nos ahorra el trabajo pero le da sentido. La fe no nos dice el cuando pero nos empuja a caminar. La fe es para hoy. Para mañana sólo el amor.. HOMILÍA 2 EL RELOJ DEL FIN DEL MUNDO En el reloj del fin del mundo que está en Chicago “medianoche” simboliza el fin del mundo. Este reloj se creó en 1947 después del bombardeo atómico de Hiroshima y Nagasaki. Se conoce también como el reloj del Apocalipsis e indica desde 2010, medianoche menos seis minutos, las 23:54 horas. Quiere recordarnos la posibilidad de una guerra nuclear y los peligros del cambio climático y los riesgos de las nuevas tecnologías…y los grandes peligros que amenazan a la humanidad. El número de minutos que quedan hasta la medianoche se pone al día periódicamente. Se adelanta o retrasa unos minutos según las tensiones que se viven en cada momento. En el reloj del Fin del Mundo quedan sólo seis minutos para la medianoche. “Eso que contempláis, llegará un día en que no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido”. Tengo una mala noticia para ustedes dice Jesús: ese templo que tánto admiráis será totalmente destruido. Los noticieros son una letanía, más larga que la de los santos, de malas noticias: tornados, huracanes, tifones, volcanes que escupen fuego y cenizas, guerras, hambre…y miles de víctimas. Y la peor noticia es que yo también, no sé ni cuándo ni cómo, yo tengo un fin, tengo que morir. ¿Han caído ustedes en la cuenta de que cuando hacemos turismo visitamos y admiramos, muchas veces, ruinas? Si vamos a Jerusalén visitamos y oramos ante el Muro de las Lamentaciones, la única ruina que queda del gran Templo de los judíos. Los que vienen a Soria visitan las ruinas de Numancia o de Termancia. Es el ciclo vital de la naturaleza, de las obras humanas y de la vida. Todo pasa. Todo tiene un fin. Nosotros, aquí en la iglesia, estamos terminando el ciclo litúrgico y la Palabra de Dios nos habla, nos recuerda, que hay un fin del mundo. No sabemos si faltan seis minutos o seis billones de años. La mala noticia de Jesús, que sonaría a blasfemia a los oídos de sus oyentes, es que el Templo, caja fuerte de Dios y bunker de la religión judía, sería destruido. El año 70 se cumplió la profecía de Jesús. El Templo desapareció, la religión centralizada en el Templo divinizado se agotó. Nació la sinagoga, otra manera de seguir conectados con Dios que no necesita de templos. A Dios se le adora en espíritu y en verdad. El autor del Apocalipsis nos dice que en la nueva Jerusalén, la del cielo, “no vi santuario, pues su santuario es el Señor Dios todopoderoso y el Cordero. Y sus puertas jamás se cerrarán de día, ya que allí no habrá noche”. Ap 21, 22.25 Jesús es el hombre de la Buena Noticia. A la iglesia venimos a escuchar el noticiero de las buenas noticias. Las buenas noticias que todos queremos oír se resumen siempre en dos frases. “Es benigno” y “Te quiero”. No se preocupe. Su tumor “es benigno”, dice el médico. “Te quiero” le dicen sus padres, su esposo, su novia… Y sonríes, y bailas y abrazas y lloras… Olvídese del fin del mundo, -que no le engañe el calendario Maya, ni Nostradamus, ni los predicadores visionarios- dice Jesús, ni yo mismo sé cuando ocurrirá. “Ni un cabello de su cabeza perecerá, con su perseverancia salvará su alma”. Usted muy pronto se dormirá, el morir cristiano es dormirse en el Señor, pero Yo le despertaré porque sólo mi amor es más fuerte que la muerte. Y como le amo vendrá usted conmigo y vivirá para siempre. En el principio fue el Big Bang y Dios creó el cielo y la tierra. Y creó el hombre a su imagen y semejanza. Al final será el definitivo Big Bang y Dios creará unos cielos nuevos y una tierra nueva. No habrá templos ni iglesias ni curas que nos digan lo que tenemos que creer, lo que podemos o no podemos hacer. Dios lo será todo en todos. En este descanso, hasta que juguemos el segundo tiempo del partido en la eternidad, alimentemos la fe, perseveremos en la fe y escuchemos el evangelio de la Buena Noticia. El reloj del fin del mundo dará las doce, medianoche, cuando Dios lo tenga programado.
HOMILÍA 3
Son
muchos los textos de los evangelios que son magníficos y fáciles de
entender y atractivos para los predicadores, los pasajes que hablan de
cosas concretas, que cuentan historias de todos los días: una oveja que
se pierde, un hijo que se va de casa, un banquete de bodas, una higuera
que no da frutos, un sembrador que sale a sembrar… HOMILÍA 4
A
SIGN FROM HEAVEN |