39 PALABRAS INDISPENSABLES

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio

 

 

“Obama tiene la etiqueta (de negro) sin las cicatrices”, afirma Andrew Young, activista negro de los años 60.

La generación de predicadores negros, guías espirituales y políticos de su comunidad, la de Martin Luther King, ha pasado a la reserva.

La nueva generación, la de Obama, ha heredado la Tierra Prometida y desde la Casa Blanca, como Constantino, inaugura un nuevo calendario. Comienza el siglo XXI.

No revelo ningún secreto si les digo que Estados Unidos es el país más religioso del mundo.

Dios invocado bajo miles de nombres y celebrado en miles de templos en liturgias vibrantes, ha estado muy presente en esta fiesta inaugural.

Todo comenzó el domingo, enero 18, en la escalinata del Lincoln Memorial. El concierto “We are One” congregó a políticos y cantantes viejos y jóvenes. El Boss cantó The Rising y Pete Seeger This Land is your Land.

En América, a pesar del muro que separa lo civil de lo religioso, el clero está siempre presente y el Obispo Episcopaliano Robinson, primer Obispo abiertamente gay, pronunció la oración inicial. Oración light, sin citas bíblicas, sin nombrar a Jesucristo, dirigida a un Dios de múltiples comprensiones.

El día 20 de enero, antes del gran acontecimiento celebrado urbi et orbi, en la escalinata del Capitolio, edificado por los esclavos, Obama inclinó la cabeza ante Dios y como Salomón no pidió riquezas sino un corazón limpio que sepa distinguir el bien del mal. El servicio religioso, presidido por el Reverendo Luis León tuvo lugar en la iglesia episcopaliana de ST John, conocida como la “Iglesia de los Presidentes”. Servicio religioso no abierto al público. El Reverendo T.D. Jakes pronunció el sermón.

La gente empezó a congregarse para el gran acontecimiento en la escalinata del Capitolio, templo laico, donde tuvo lugar la unción y consagración del 44 presidente de la Unión. Liturgia musical, religiosa, política y poética a la que estaba convocado el pueblo americano y todos los pueblos de la tierra.

El pastor Rick Warren oró en el nombre de Jesús en la invocación inaugural. Gran honor para un pastor conservador y polémico. Oró “en el nombre del que cambió mi vida, Joshua, Isa, Jesús, Jesus”. Y terminó con la recitación del Padre Nuestro.

El Reverendo Joseph Lowery, 87 años de edad, luchador por los derechos civiles concluyó con la bendición final: “Dios de nuestros agotadores años, Dios de nuestras silenciosas lágrimas”…

Entre estas dos oraciones las 39 palabras: “I Barack Hussein Obama”…las 39 palabras del juramento de la constitución, únicas palabras necesarias e indispensables para dar contenido legal a esta gran fiesta.

En el principio era la libertad y la libertad era Abraham Lincoln y sobre su Biblia de 1861, Obama juró su cargo. Ya no hay una nación “mitad esclava, mitad libre”, ahora, todos más libres.

39 palabras rubricadas con un innecesario “So help me God”, -que Dios me ayude-, pero que Obama, por convicción, quiso pronunciar.

Tras una noche de bailes, Obama invitó el 21 de enero al vicepresidente, a la Corte Suprema, al Congreso, al cuerpo diplomático, autoridades…a un servicio religioso en Washington National Cathedral.

Por primera vez una mujer, la Reverenda Sharon E. Walkings, fue la predicadora oficial. Dirigiéndose a Obama le dijo: “Necesitamos que usted alimente al lobo bueno que lleva dentro, que escuche a los mejores ángeles de su naturaleza y con su ejemplo nos anime a nosotros a hacer lo mismo”.

El pueblo americano es un arco iris humano y el clero, en su maravillosa diversidad, es el arco iris de Dios.

Todos reunidos en oración, no por la unidad de todas las religiones allí presentes, oración sólo por la unidad de la nación y por Barack Hussein Obama y su gobierno.