Edward Snowden

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio.....

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Los millones de turistas que viajan a Nueva York pueden leer en las estaciones de metro y en las vallas publicitarias de la ciudad el consejo que las autoridades recuerdan a los ciudadanos: “If you see something, say something”, Si usted ve algo, diga algo.

La psicosis antiterrorista, herida siempre abierta, pone a todo el mundo en guardia y la ciudad más segura y más amable del país da consejos inútiles a unos ciudadanos que ahora saben que el terrorismo no viene sólo de fuera sino que está también dentro, incrustado en los mismísimos sótanos de Washington D.C.

Edward Snowden siempre te veo en la misma foto, serio, pensativo, con unas gafas que te dan un aire de chico afable, mesurado, responsable y estudioso.

La revista Time no te ha concedido el título de Persona del Año 2013 por los pelos. Somos muchos los que pensamos que tú has sido el hombre del 2013. Tú fuiste noticia hace siete meses y los sigues siendo hoy, pero desbancar al Papa Francisco que es noticia todos los días, a pesar de que no es libre de decir las cosas que muchos esperamos que diga y de tomar las decisiones que la Iglesia necesita, el peso de dos mil años de historia es mucho peso, ha sido tarea imposible. El Papa Francisco hace cosas simpáticas como dejar mensajes a unas monjas que no pueden contestar el teléfono porque las reglas lo prohíben y dice cosas pintorescas como llamar a los curas que salen de los seminarios mal formados “pequeños monstruos”. Tú eres sólido, Francisco es gaseoso. No has sido portada de Time, pero estás en el pensamiento del FBI y de la NSA todos los días. El segundo puesto ya es un gran triunfo para ti que te has jugado la vida para liberarnos de los sabuesos de la National Security Agency.

Tú eres el joven de los ojos abiertos que ha visto cómo la National Security Agency nos violaba de noche y de día penetrando en nuestros emails y escuchando susurros, suspiros, maldiciones y conspiraciones en nuestras llamadas telefónicas.

A Dios no le interesan nuestras andanzas nocturnas ni diurnas, nos quiere libres, a la NSA sí le interesan y, malvados ellos, espiaban hasta las páginas porno con las que se corrían los yihadistas.

Has visto la voracidad de la Agencia y has hablado para preservar la poca privacidad que aún nos queda a los que vivimos en esta sociedad cada día más orwelliana. ¿No tiene que existir una diferencia fundamental entre una sociedad democrática y una sociedad totalitaria como la de la desaparecida Stasi? Tú has hablado porque crees que la privacidad es un derecho universal y ningún gobierno bajo ningún pretexto puede violarla.

Muchos ven y callan. Tú, en conciencia, decidiste hablar y publicar a los cuatro vientos miles de documentos calificados de Top Secret que han puesto en grave aprieto al gobierno de Washington.

La humanidad entera debiera darte las gracias y, de una manera especial, las personas que, gracias a ti, saben que han sido sistemáticamente espiadas.

Para unos, Obama y compañía, eres un criminal, un ladrón que ha robado a su propio gobierno la mitad de su poder, media alma, para otros eres un profeta, “the dark prophet” que se ha atrevido a decirle a sus superiores “no te es lícito”. Juan Bautista dijo esas mismas palabras a Herodes y éste entregó a su querida su cabeza en bandeja de plata.

Tu trabajo es una tesis in progress. Nos has entregado el primer capítulo, pero la humanidad espera tus obras completas, tiene derecho a conocerlas, tiene que saber las dimensiones oceánicas de las violaciones de la democracia.

Te acusan de haber apuñalado por la espalda al país del que dices: “Merece la pena morir por este país”.

Los grandes hombres te acusan de traidor y piden tu cabeza, pero para el mundo tu mensaje ha sido una bendición. Te has ganado, aunque no las necesitas, todas las indulgencias plenarias que el Vaticano concede a los buenos.

Los estados tienen demasiados secretos con el fin de esclavizar a los ciudadanos. Los ciudadanos también tienen derecho a tener sus secretos y su privacidad.

Eres un hombre sin patria. Rusia, refugio temporal, no es el paraíso de la democracia que tú predicas. Tus compatriotas quieren que vuelvas a casa, muchos te admiran.

El Senador Rand Paul afirma: “Creo que Edward Snowden no merece la pena de muerte ni la cadena perpetua, ambas son inapropiadas y esa es la razón por la que huyó, porque tenía que enfrentarse a ese veredicto”.

El gobierno se siente tan humillado que, de momento, a pesar de las voces que piden clemencia dice “no deal”, no trato.