











|
“El placer de ser rebaño es más antiguo que el placer de ser un yo; y mientras
la buena conciencia se llama rebaño, sólo la mala conciencia dice “yo”.
Así habló Zaratrusta
“He pasado un buen rato leyendo esta primera entrega del Camino”. Alberto
“El texto, como todos los suyos, me parece muy humano, profundo en su alegría y
libertad”. Carlos
“La crónica resulta muy alegre y ocurrente, con esa chispa tan personal. Que el
Señor te conserve ese talante festivo para bien de todos”... Antonio
A
lo largo del Camino se viven y te recreas en largos silencios.
Los
adictos al Camino, los solitarios, los que lo recorren de punta a cabo con la
mochila a la espalda, sin concesiones a la comodidad, sin quejas ante las etapas
de 40 kilómetros, los que tienen un por qué profundo, son personas maduras, a
veces, muy mayores, estos no tienen tiempo para conversaciones ociosas ni para
paradas técnicas en las tabernas-oasis, estos llevan una brújula incorporada en
continua agitación y te adelantan sin más con un “Buen Camino”.
|