El Testamento Ético

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio.....

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Mientras vives pon tus asuntos financieros en orden, haz testamento de tus bienes ante notario, no sea que se lo lleve todo el fisco.

A todos nos gustaría heredar. A una querida feligresa le decía yo que quería heredar el sillón de 30 pesetas en el que se ha sentado durante más de media vida. Deseo vano, le tiene tanto cariño que creo será enterrada con él.

Dicen las malditas estadísticas que, hoy en día, son muchos los testamentos rechazados por los herederos. El diablo se cobró lo suyo y solo quedan grandes agujeros negros.

Si usted hace testamento acuérdese de los pobres, los suyos que se ganen el pan con el sudor de su frente como se lo ganó usted y ahorrará a sus herederos unas cuantas riñas fratricidas.

El testamento vital, "El Proyecto de Diciembre" como lo llama Sara Davidson, hay que programarlo antes de quedarse sin dientes, sin oídos, sin ojos y sin el canto del pajarito.

Llega un momento en la vida, ahora prolongada innecesarisamente por la farmacia, en que el mantenimiento del cuerpo no sirve de nada, el yo, el interior, es el que hay que alimentar.

Los que nos rodean no se atreven a decirnos: párate, la guerra ya ha terminado y no se atreven a preguntarnos cómo, con quien y donde quisiéramos morir.

Sí, sé que "he llegado a mi destino" y esta es mi última voluntad. Ahórrense las cavilaciones. No quiero un suicidio activo, pero sí un suicidio pasivo: no conexión con máquinas, no medicamentos innecesarios, tiempo para practicar la muerte, para invocar a "la hermana muerte".

David S. Ariel termina su libro: What do Jews Believe? con una" Carta a mis hijos".

"Es costumbre en nuestra tradición que los padres escribamos un tzavaah, un testamento ético, a nuestros hijos en el que recogemos nuestras esperanzas y preocupaciones sobre ellos. Esta tradición se remonta a Isaac que bendijo a sus hijos...

Aunque hoy parezca imposible, llegará un día en que os preguntaréis: ¿Por qué ser Judío? Pregunta extraña, ya que nunca os preguntaréis: ¿Por qué Americano? Yo desearía que las cosas fueran tan claras que nunca pusierais en tela de juicio vuestra jueidad. Pero ningún padre puede dar por supuesto que sus hijos permanecerán siempre judíos. Vosotros podéis elegir otra enseñanza espiritual más atractiva, hasta podéis llegar a pensar que basta con ser una buena persona. Espero que no sea así, pero sé que no puedo dar por supuesto vuestra juedeidad.

Vuestros padres quieren crear un hogar y una comunidad en la cual la decisión de ser judío sea inevitable.

No abandonéis la religión que es vuestra por nacimiento, la fe de vuestros padres y de vuestros antepasados. El judaismo es vuestra herencia.

Pero la verdadera respuesta a la pregunta: ¿Por qué judío? depende de vosotros. Si decidís ignorar vuestra herencia judía, os perderéis algo que no puede ser sustituido por nada más.

HIJOS míos, esta es vuestro tzavaah. Your Abba".

Este testamento ético, espiritual lo llamaría yo, tan sencillo y tan profundo me ha conmovido y, al mismo tiempo, ha sido para mí una epifanía, una revelación.

Me ha recordado, una vez más, nuestras carencias.

Los judíos circuncidan a sus hijos a los ocho días, marca sangrienta de su identidad y les escriben una Carta, pasaporte de una nueva ciudadanía, testamento que les deja una herencia valiosísima y les invita a resistir y perseverar en la tradición siempre vieja y siempre refundada.

Nosotros, los católicos, bautizamos a los hijos y ahí termina todo, a la fiesta y a olvidar.

La inmensa mayoría de los padres no escriben una carta-testamento a sus hijos. No tienen nada que entregar y sus hijos reciben un rito, pero no reciben una herencia.

Nuestros padres no crean "un lugar y una comunidad gracias a la cual la decisión de ser católico sea inevitable".

Nosotros celebramos ritos y despedidas, fichajes baratos que, registrados en los libros, se convierte en letra muerta.

Sé que existen movimientos y comunidades que asumen esta responsabilidad con seriedad y que, aunque no escriben testamentos éticos a sus hijos, sí tienen una herencia espiritual que legar a sus hijos.

Ahí se da la primera y auténtica catequesis, las otras preparan ritos y despedidas, desgastan y malgastan las energías de los gentes de pastoral.

Los bautismos celebrados en la Capilla Sixtina, lujo celestial, como los bautizos celebrados en un pueblo desierto de Soria, si no los acompaña un testamento ético no heredarán nada.