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“Muchos
mueren demasiado tarde.
Unos pocos mueren demasiado pronto.
Hay que morir a tiempo.”
Carlo
Acutis ha muerto a tiempo.
Jovencito, vestido con el hábito juvenil: vaqueros, sudadera, Nikes, gorra de
baseball, ordenador siempre ON…es el invitado a presidir las veladas juveniles.
Declarado “computer geek Saint” es el primer millennial en recibir el Diploma de
Beato.
Carlo
Acutis ha muerto a tiempo.
Los Santos de Lista Oficial, los de siempre, los que visten hábitos pardos y
tristes, mitras con ínfulas, penitentes, eremitas acompañados de cerditos o
perros…no pertenecen al siglo XXI. En el santoral sobran nombres y faltan muchos
nombres como el de Carlo Acutis.
Carlo
Acutis ha muerto a tiempo.
El Hoy de la Iglesia en Europa es el Hoy de los que invocan a los Santos de
Ayer.
Los jóvenes viven en perfecta orfandad.
¿Ha
nacido un Santo para los jóvenes del siglo XXI?
Amor at
first sight. Todos, desde el tip del iceberg jerárquico hasta el bottom, todos
son fans de Carlo Acutis.
¿Cómo
vender su imagen a la juventud descreída y ahogada en el océano de imágenes y
flashes juveniles y eléctricos?
Signo
de los tiempos es el abandono de la Iglesia y de las iglesias.
No sé si la juventud cree, sí sé que no pertenece a ninguna Iglesia.
Sí sé que algunos hicieron su Primera Comunión, y sí sé que la inmensa mayoría
no hicieron nunca su más importante Comunión, la Segunda.
Carlo
Acutis pertenecía a la Iglesia y la Eucaristía, el “comer y beber” eran para él,
no un mandamiento, eran una necesidad.
Ahora
su cuerpo embalsamado y su rostro retocado se han convertido en Reliquia a
venerar.
Algunos
grandes Santos, Gloria a Dios, nos han privado de reliquias, leftovers, de
Primera División.
“Hasta
el día de hoy nadie conoce el lugar de su tumba”, la de Moisés.Dt 34,6
Cuando
abrieron la tumba de John Henry Newman, Gloria a Dios, sólo encontraron polvo.
No Reliquias de Primera División. No Reliquias viajeras. No santuarios ni
cementerios que visitar. No flores que llevar.
“Donde
reine el silencio allí estará mi tumba”. G A Becquer
Los
hombres, admiradores, fans, hinchas, tifossi, fanáticos, trovadores de las
glorias humanas y divinas, viajamos con nuestros ídolos y sus historias.
Las
Reliquias de Primera División nos han hecho viajar y han sido viajeras.
El
“brazo” de San Francisco Javier, cansado de bautizar, ahora está cansado de
viajar.
Las
Reliquias de Santa Teresa de Lisieux viajaron al Nuevo Mundo y fueron
“veneradas” por más de 250.000 devotos.
San
Juan Vianney ha salido de su olvidado confesionario y ha visitado América. Aún
no ha salido de su asombro. Y hasta San Juan Bosco se ha apuntado al turismo
religioso.
“Al
cumplirse el tercer centenario de la muerte de José de Calasanz sus Reliquias,
-corazón y lengua- a bordo del cañonero “Pizarro” llegaron a España y
recorrieron los lugares escolapios y en todas partes fueron acompañadas con
especial devoción popular”.
La
sangre de San Genaro, año tras año, se convierte en atracción turística y tiene
su tiempito glorioso y exitoso en televisión. Cumple.
Este
mes de Abril, un trocito del pericardio de Carlo Acutis viajará por los Estados
Unidos
para avivar la fe en la Eucaristía, para despertar el apetito de los jóvenes por
el alimento espiritual. El relicario que guarda su corazón será el centro de Un
Gran Revival Eucarístico.
La
manía de coleccionar Reliquias de Primera División lleva, para mí, a la bárbara
tarea de despiezar los cuerpos para multiplicar su presencia por la cristiandad.
No más
sino menos. El pueblo de Dios necesita no más inesenciales sino menos, menos
junk food y mejor dieta.
Llega
la Gran Semana de los Cristianos. Ofrezcamos menos
Semana Santa de interés turístico provincial, nacional e internacional y más
silencio, más pasión por el verdadero culto en los templos y en los corazones.
En las
cosas de la religión hasta los temas “menores” pueden producir grandes
temblores.
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