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“Hermanos
míos, yo os exhorto a permanecer fieles a la tierra, y nunca prestéis fe a
quienes os hablen de esperanzas ultraterrenas”.
El
judaísmo, más ocupado en el Tikkum ‘Olam, arreglar el mundo, que en la vida
futura, nunca quiso que la “salvación”, el after life, fuera el centro de su
espiritualidad.
“Una
hora haciendo el bien es más importante que toda la vida en el Mundo
Venidero”.Talmud
Isaías,
más preocupado por la justicia que por la vida ultraterrena, escribe: “será
joven quien muera a los cien años y quien no los alcance será maldito”.
Importa
más lo que hacemos que lo que creemos.
La
salvación, la vida eterna, heredar una parcela en el cielo, es el centro de
todas las oraciones de la liturgia y el gran foco de la teología de las iglesias
cristianas.
Importa más lo que creemos que lo que hacemos.
La Berrea
Teológica, antes, durante y después del Sínodo de la Amazonía, ha resonado
triunfal, alocada y apasionada y hasta los cielos han temblado. Los ángeles y
toda la corte celestial está sobre ascuas avivadas por la Berrea Terrenal.
La
pluma de los tradicionalistas, Shofar convocando a un Yom Kippur de expiación
por los pecados de idolatría, Pachamama y Mamapacha, ídolos entronizados en los
jardines vaticanos y en los templos romanos y arrojados al Tíber por un zelote
violento, Jesús, con ira santa, arrojó a los mercaderes del Templo, los pecados
de herejía, la cama matrimonial entronizada, la feminización de la Iglesia…
“Por
una vez, dice un cura, doy las gracias al The New York Times por no resaltar la
idiotez en la que han incurrido los que gobiernan la Iglesia”.
Los
ciervos en los bosques, en las universidades, en los conventos, en los
escritorios y en los blogs han berreado hasta desplomarse exhaustos, pero la
berrea continúa.
La
Berrea de la Iglesia Semper Reformanda es una Oda a la Alegría, Amoris Laetitia,
Shekinah en celo, comunión ecológica, liberación del yugo de la pequeña y
esclavizante religión…
El
Sínodo de la Amazonía, para unos Berrea Satánica y para otros Berrea divina,
gemidos inenarrables del Espíritu, es pura estrategia vaticana para alcanzar la
meta ya fijada.
Carlo
Maria Martini, jesuita, Cardenal de Milán, biblista, teólogo en los antípodas
del Cardenal Sarah que sólo mira por el espejo retrovisor, es hermano gemelo de
Francisco, el primero fue papable, el segundo es Papa. Ambos transmiten en la
misma onda.
Martini
confesaba en, “Coloquios Nocturnos en Jerusalén”, que la Iglesia “anda con 200
años de retraso, que nuestra cultura ha envejecido, que nuestras iglesias son
grandes y están vacías, que nuestra burocracia se multiplica, que nuestros ritos
y nuestros ropajes son imperiales”,... letanía elegíaca de los pecados de la
Iglesia.
Martini
no sólo abrió el camino a los “viri probati” sino que pidió para ellos el
Sacramento del Orden Sacerdotal.
El
ministerio sacerdotal, en la Iglesia latina, es propiedad, por decreto de los
hombres, del “hombre diferente”, del hombre Célibe.
El
celibato, tabú en la Biblia Hebrea, es incomprensible para los judíos de ayer y
de hoy. Rabbi Mark Golub en su conferencia titulada “Sex in Judaism” recomienda
a los judíos más fríos, los Haredim no lo necesitan, “to make love as possessed
by a demon”.
El
sacerdote, el “hombre diferente”, el hombre célibe, el hombre sacralizado,
concentra todas las funciones, es el super-sacerdote del rebaño obediente y
silente.
Frente
al “hombre diferente”, el Sínodo de la Amazonía quiere y ha votado a favor de
conferir el ministerio sacerdotal al “hombre normal”, casado, bautizado,
confirmado y a todos los “viri probati”.
Y las
mujeres, las pocas que aún quedan, podrán recibir el ministerio, antiguas
órdenes menores, de lector y acólito. Primer paso. Las estolas diaconales
femeninas se están tejiendo ya en los talleres vaticanos.
¿Hay
que cambiar el paradigma eclesial porque no hay curas para cuidar el rebaño
pobre, hambriento y explotado de la Amazonía?
¿Porque
se ha celebrado un Sínodo y casi todos los delegados, obispos, sacerdotes,
religiosos y fieles se han conjurado frente a Pachamama y todos los ángeles
tribales y han berreado su celo por nuevos ministerios eclesiales por última
vez?
En los
asuntos de “mi Padre”, nada es cuestión de números ni de encuestas.
En los
asuntos mundanos, aun en los que se autodefinen como “sin ánimo de lucro”,
espirituales, ONG...todo es cuestión de números y de ceros en las cuentas
bancarias.
En la
primera página del Génesis se afirma que todos, todos, somos B’tzelem Elohim,
todos somos Imagen de Dios. Y mucho más tarde se dice y decimos: “Tú eres para
siempre Sacerdote, Profeta y Rey”. Todos ungidos y sellados con el único y mismo
óleo, el Santo Crisma. Este es el mandato y la voluntad de Dios.
Todos,
hombres y mujeres, somos diferentes, sagrados y consagrados. Célibes o casados
ni pone ni quita nada a los ojos de Dios, Creador y engendrador de vida.
La
última página del Sínodo de la Amazonía, aún por escribir, la Revelación
clausurada, será una página más, una página meramente humana. Amén
https:parroquiadelmundo.org
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