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Una
feligresa, preocupada por mi salud, solía regalarme cada mes un frasquito de
pastillas que decía, Vitamins From A to Z.
Cada día su pastilla, cada día su vitamina, un booster para su salud terrenal.
Nuestra fe en la botica y sus pastillas es absoluta. Llevamos el viático en el
bolsillo como un accesorio más.
Ignorantes de lo que se esconde debajo de nuestra piel, convertimos a los
profesionales de la medicina en seres infalibles.
Yo y mi frasquito de Vitamins From A to Z, perfectamente conjuntados, matrimonio
perfecto.
La aventura a dos que es el matrimonio, locura del amor, necesita también su
frasquito de Vitaminas para que los productos de la botica tradicional, la de
siempre, la mantengan ardiente e interesante frente al terrible extintor del
aburrimiento.
Feliz atrevimiento, los sermones de bodas tienen de todo menos de inspirada
locura.
¿Algún sermón le ha hecho llorar y reír de verdad?
¿Algún sermón le ha puesto cachondo alguna vez?
Hasta las verdades más espirituales necesitan un buen sazón para hacerlas
apetecibles y digestivas.
A la última pareja que casé les regalé un frasquito de Vitamins From A To Z.
Si un día dejan de tomar la vitamina J o la Y o la W no se preocupen, las que no
deben dejar de tomar son las que yo, médico de nada y sin ninguna experiencia en
la materia, les voy a recetar.
La Vitamina E. Eros
Vitamina diseñada por Dios. Recibe muchos nombres, el más corto y más conocido
es Sexo.
Sí, God loves Sex.
Antes de que Platón escribiera El Banquete para hacer el elogio del amor, la
Biblia, biblioteca y manantial de manantiales, cantó e hizo el elogio del sexo.
El Cantar de los Cantares según el rabino Akiva es el Santo de los Santos.
La vitamina E, en los sermones piadosos no es elogiada, no es enfatizada, se
silencia para no ruborizar a nadie.
´¨Dios los bendijo y les dijo: Sed fecundos y multiplicaos, llenad la tierra¨´…
No es un consejito, es una orden, es el gran mandamiento. Sin el calambrazo de
la Vitamina E nadie saldría de su cocoon.
Tomadla a tiempo y a destiempo. Tiene una ventaja, se puede tomar de mil
maneras, no tiene side effects y está aprobada por la Real Academia de la
Ciencia.
Un buen día recibí la llamada de un fraile amigo. Hablamos de mil cosas
rutinarias, la vida de un fraile es un montón de nimiedades, al terminar la
conversación le dije con total espontaneidad: Nos vemos. Te quiero¨´
Desde ese día sólo ha habido llamadas no respondidas.
Mi te quiero lo asoció con sexo, se paniqueó, se indignó y, hasta tal vez, buscó
un confesor.
Mi te quiero sólo quería expresar aprecio y decirle: me importas.
La Vitamina I. Intimidad.
Los efectos celestiales de la Vitamina I transforman la vida del Uno en la vida
del dos. El yo, hechizado por el tú, se convierte en un Nosotros ganador.
Nuestro dorado aislamiento se pone el traje de la divinizada unidad.
Tomadla en pequeñas dosis para no perder el sentido de la realidad.
La Vitamina P. Perdón
El matrimonio es la escuela del perdón. Perdón ofrecido y acogido setenta veces
siete. La Vitamina P, para que la vida cotidiana no apeste, hay que tomarla dos
y tres veces al día.
La Vitamina S. Servicio. Sacrificio
La S, es una consonante perversa, senil y la Vitamina S repugna a nuestra
condición de señores, todos queremos dejar de ser servidores y convertirnos en
señores.
La Vitamina O. Oración
El ´´Sí, quiero´´, pronunciado en la iglesia, escenario de los grandes
acontecimientos de la vida, ante Dios y su pueblo congregado, y ratificado y
consumado en la intimidad, necesita la Vitamina O para perdurar y eternizarse.
El placer pide eternidad.
El matrimonio es el sacramento del SÍ, Sí prolongado en los miles de síes de la
cotidianidad, unos sin palabras, otros con gestos, otros con sonrisas…pero
siempre síes reciclados y sintonizados
La Vitamina O, necesaria en la vida del crisitno, sabe mejor, edifica mejor y
santifica más y mejor cuando la vida a dos, reza a dos, mano a mano.
La asamblea añadió sus vitaminas, por supuesto más curiosas y más divertidas y
más frívolas.
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