Matrimonios Escolapios

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio.....

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“Dadnos un plazo y un pequeño matrimonio, para que veamos si somos capaces del Gran Matrimonio”.

“Por la noche tomó a su hija LIA y se la llevó a Jacob, que se acostó con ella. A la mañana siguiente Jacob vio que era LÍA, y dijo a Labán ”¿Qué me has hecho? ¿No te he servido por RAQUEL? ¿Por qué me has engañado?”

Completa la semana nupcial de esta y te daré también la otra”...Génesis 29,23-27

LIA tenía “los ojos apagados” y RAQUEL era de “bello semblante”. Jacob, enamorado de RAQUEL, confesó estar dispuesto a todo con tal de poseerla y desposarla.

Su verdadero amor, su Gran Matrimonio, por decisión paterna, autoridad competente, se vio pospuesto y, Jacob engañado, consumó el pequeño matrimonio.

Los Escolapios, un tiempito atrás, celebramos, sin el ritual del noviazgo y sin las amonestaciones canónicas, un pequeño matrimonio.

Los matrimonios, aparentemente imposibles, según la leyenda, se hacen en el cielo y la autoridad competente, coup de foudre d’en haut, olvidándose de nuestro primer y gran amor nos metió a LÍA en la cama y con más resignación que Jacob nos sometimos a un yugo matrimonial de conveniencia.

Yo amo a LIA, “la de ojos apagados”, pero amo más a RAQUEL, “la de bello semblante”, la que acude al pozo, lugar de citas.

En estos tiempos de andropausia, ¿a nadie se le ocurre proponer nuevos ligues, despertar nuevos amores y otear el futuro?

Ese primer matrimonio, impuesto y celebrado por poderes, se me antojaba a mí como un ensayo para preparar el Gran Matrimonio.

No suenan las gaitas y los badajos de las campanas no se inmutan. Los protagonistas, uniformados con el traje de camuflaje de la satisfacción y cobrado el débito no aspiran a más.

No need to dig deeper. Creen haber escalado un ocho mil y no han subido ni al Moncayo.

La Escuela Pía, la clerical, la de la vuelta a los orígenes, al espíritu del Fundador, semper reformanda, necesita aunar fuerzas e inteligencias, necesita la ilusión de todos, de los descartados, de los superfluos y de los trepas.

Ha llegado la hora de celebrar el Gran Matrimonio.

Es la hora, en el mundo de los negocios, de las fusiones, en el clerical de la restructuración.

Los pequeños gallineros unidos formarán una gran orquesta.

El Ministerio Escolapio de pasar la fe a las nuevas generaciones, insultantemente importante, no tiene fecha de caducidad, la escuela sí.

¿Ustedes se imaginan la biblioteca de una Universidad sin libros? Ya existe en Texas.

¿Ustedes se imaginan un hospital sin enfermeras y sin personal de limpieza? Ya existe en NYC.

¿Ustedes se imaginan un colegio de curas sin curas? Ya existen, pero, por favor, quítenles toda la literatura barata, son sólo colegios.

En las escuelas de hoy ya no hay pizarras ni tiza y en las mochilas de los niños cada día hay menos libros y llegará un día, ya está aquí, en que hasta los profesores, sustituidos por cariñosos robots, estarán de más. Todo el saber al alcance de un click. Sólo Dios no estará nunca al alcance de un click.

En el Templo, en el mundo del Evangelio y de la Fe se han metido los mercaderes y los hombres de “negocios” son los expertos del click.

Necesitamos, tomen nota, Una Provincia Escolapia en la España de las Autonomías.

“El anillo de los anillos, es el anillo nupcial”, el anillo del Gran Matrimonio Escolapio.