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Mis
visitas al cementerio de Pastriz son frecuentes. Quiero comprobar que los
últimos difuntos no han sido olvidados y ya tienen colocada su placa de mármol
con sus nombres y apellidos y su Alfa y su Omega, fechas efímeras, grabadas para
siempre.
La
Avenida de Santa Ana, amplia y hermosa, termina en la Ermita de la Santa y
detrás, silencioso y limpio, se encuentra el camposanto, lugar de citas de los
vivos que llegaron a su destino final.
Jueves
y sábados, antes de la Eucaristía vespertina, doy mi paseo a, La Alfranca-La
Puebla de Alfindén-Cementerio de Ptz. Antes de entrar en el cementerio leo el
mensaje que alguien, algún joven despechado y triste, ha escrito en la blanca
Pared.
“Remember
ME”. “No es justo”.

¿ A
quién pide cuentas? ¿De qué y de quién se queja este joven? ¿Era Dios el blanco
de sus quejas, eran sus padres, era su amante, su novia o su mejor amigo?
ME
enfatizado, con letras grandes y mayúsculas, llamó poderosamente mi atención.
RecuérdaME.
No es justo. A mí. Soy tuyo.
Cuando
después de la Eucaristía, en procesión ordenada y silenciosa, llegábamos al
cementerio para dar sepultura al difunto, yo me apropiaba el “Remember ME. No es
justo” como oración dirigida a Papá Dios y meditación para tantos hombres y
mujeres que acompañaban al difunto y a la familia.
“Nadie
se acuerda de los antiguos, y lo mismo pasará con los que vengan, sus sucesores
no se acordarán de ellos”, lamento del Qohelet, en el libro del Eclesiastés
1,11.
Nosotros
confesamos que nuestro GOEL vive, JOB 19, el único que es justo, que no nos
olvida y nos despertará.
Las
Paredes hablan.
Los
hombres quieren hablar y ser oídos. Colgamos nuestros mensajes en las paredes,
en Facebook, en Instagram, en TikTok, en la web...cientos de medios de
comunicación a través de los cuales expresamos nuestra rabia, nuestra
indignación, nuestros amores y pecados… Ya nada es privado. Nuestras fechorías
son una página de Facebook.
¿Vas
mañana a la manifestación? Of course, necesito gritar esos eslóganes certeros y
canallas para que los oigan en el séptimo cielo.
Los
curas son los que más hablan y menos dicen. Son repetidores de lo dicho y lo
re-dicho, de lo escrito y lo re-escrito durante siglos. Son contados los que
hacen temblar las montañas y muchísimos los que hacen bostezar a los bancos.
Yo,
furtivamente, en pleno dia, convierto la Pared del Cementerio de Ptz en mi
pizarra, en una página teológica, enseñanza para los vivos y en oración para los
muertos con los que tenemos pendiente una cita, la Gran Cita, a la que
acudiremos con total puntualidad.
Al
“Remember ME. No es justo”, !cómo me gustaría conocer al joven despechado!, le
respondí:
God says. You’re forgiven. Not forgotten. Estás perdonado. No olvidado.
En el
cementerio, aeropuerto de las despedidas, sin pista de aterrizaje ni de
despegue, la gente agradece que le recuerdes que Alguien le recuerda y le
espera. Y terminada la celebración algunos van a leer la Pared con mensaje.
La
Pared tiene muchas páginas y poco a poco las voy llenando con nuevas palabras.
“PRESTADME VUESTRAS VOCES”
Petición
escuchada y respondida. El cementerio, con miles de voces sin voz, grita nuestra
fragilidad y nos invita a querer la santa imperfección. Las voces sin voz me
dicen: olvidate de la lucha prometeica por alcanzar la imposible perfección.
Aprende a querer la santa imperfección.
“GOD DOESN’T MAKE JUNK”. Dios no hace basura.
Los
hombres creados el día sexto somos imperfectos pero somos tzelem Elohim, imagen
de Dios, obra de Dios, destinados a comer del árbol de la vida que está en medio
del Paraíso.
“BODIES, BACK TO DUST”. Los cuerpos, vuelta al polvo.
“SOULS, BACK TO GOD”. Las almas, vuelta a Dios.
Como el
poeta destina al fuego los poemas que no son dignos de ser publicados, Dios
destina a la tierra de donde salieron a los cuerpos y a las almas, espíritu de
vida, obra exclusiva suya, a la fusión divina, último y único éxtasis.
Maimónides,
el gran gorila entre los rabinos judíos de todos los tiempos, niega la
existencia del infierno. A las almas que han vivido y muerto en el NO a Dios las
destruye y punto.
Hay
cementerios para turistas. Hay cementerios para el olvido. Hay cementerios para
conversar con nuestro Dios y con nuestros muertos.
Y hay
Paredes con Mensaje.
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