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“La
tierra, dijo él, tiene una piel, y esa piel tiene muchas enfermedades. Una de
ellas se llama: “hombre”.
La población, superpoblación, mundial ha alcanzado la cifra de 8.000 millones de
“hombres” de toda raza, lengua, pueblo y nación.
Pronostican que, para antes del final de este siglo, habremos llegado al número
apocalíptico de los 10.000 millones.
La piel de la tierra se resquebraja ante peso tan inhumano.
Los hombres producen maravillosas obras de arte que atesoramos en los
museos-cementerio y magníficas catedrales, ayer abiertas al culto, hoy, museos
de piedra, abiertas a los turistas de la tercera edad.
Los hombres producen basureros, montañas gigantescas, tan impresionantes
monumentos al despilfarro, que son visitados, unos por los turistas y otros por
los niños indigentes que espigan, entre gaviotas, objetos y alimentos.
También producen cementerios de coches y cementerios de residuos atómicos.
El cambio climático, violación de la tierra sin su sí, para unos pesadilla que
les quita el sueño, para otros mera distracción mediática, es producto humano
causado por exceso de sabiduría.
19.817 especies se han extinguido, ¿será el “hombre”, enfermedad de la tierra,
la próxima especie en extinguirse?
Las Residencias de Mayores, antesala del Gran Cementerio, se multiplican por
doquier.
La medicina prolonga innecesariamente la vida de la humanidad, la natalidad no
tiene la culpa de la superpoblación, las parejas han hecho huelga de
procreación, las pastillas de la farmacia son la propina que da un plus de
eternidad bíblica a los que no creen en la eternidad neotestamentaria.
Europa, planeta de jubilados, ha frenado el crecimiento demográfico sin
necesidad de legislación estatal o eclesial. El estilo de vida: apartamentos
chiquitos, divorcios rápidos, anticonceptivos accesibles, felicidad a dos, el
primer y único hijo retrasado al límite…no favorecen la procreación. Éxtasis sí,
deberes no.
Más que la conquista del espacio, la muerte diferida es el gran éxito de la
humanidad.
La tierra puede sustentar 10.000 millones de “hombres” y también 12.000 millones
con tal de que los países ricos se impongan, no por obligación sino por
elección, una austeridad duradera y responsable que permita a cada “hombre”
vivir sin hambre y con libertad.
“Vivir sencillamente para que otros sencillamente puedan vivir”.
The Giving Pledge. “Dios da al dador alegre”.
En Europa se han multiplicado las ONGS para arreglar el mundo y nivelar la
sociedad.
Los grupos “sin fronteras”: Médicos sin fronteras, periodistas sin fronteras,
barcos sin fronteras, predicadores sin fronteras… son dadores alegres de
fraternidad y solidaridad. Hasta el Papa Francisco pone duchas, roperos, reparte
abrazos y limosnas y celebra comidas con los pobres de Roma.
En América algunos nacen pobres y terminan siendo Billonarios. Les llaman Self-Made
Men.
230 de estos Billonarios o Millonarios, Jeff Bezos que gana 305 millones por día
no está entre los firmantes, han firmado The Giving Pledge. Se han comprometido
a donar toda su riqueza o gran parte a obras de caridad ya en vida o en sus
testamentos.
Ni las ONGS ni Los Billonarios salvarán el mundo, hacen caridad, se ponen
medallas, elaboran manifiestos… pero no hacen justicia.
“El sueño de una era terrena en la que todos viviremos en la armonía de un Edén
restaurado es un sueño que nunca nos ha abandonado”. Tikkun ‘Olam, arreglar el
mundo roto, es una exigencia de la espiritualidad judía. El judaísmo más que un
Credo es una manera de vivir.
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