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El ser
humano es idólatra por naturaleza. El ser humano necesita admirar, venerar,
adorar, tocar e idolatrar a alguien más grande, más famoso, más poderoso que él.
El ser humano siempre levantará pedestales y colocará coronas de laurel o de oro
sobre la cabeza de alguien.
Los
periódicos, las revistas y los youtubers son el nuevo santoral de las
celebridades. Recuerdo haber visto en un reportaje de televisión a un niño de
unos seis o siete años que, extasiado y fuera de sí, gritaba: "lo he tocado, lo
he tocado". Había rozado levemente a su ídolo, a un futbolista que lo ignoró.
Unos
tocan a sus ídolos, coleccionan sus fotos, compran sus ropas y lucen sus
nombres, los acompañan a Cardiff, van al fin del mundo a escuchar sus conciertos
y les dan culto en la plaza pública. Idolatría cara, invierten dinero en
reliquias horteras y al mismo tiempo idolatría barata, la de estos "fans" que no
saben que son más importantes y más valiosos que sus dioses viciosos.
"El que
adore a la bestia y a su imagen y reciba su marca en la frente o en la mano, ese
beberá del vino del furor de Dios". Ap 14,9
La
idolatría de los "devotos", aparentemente más sofisticada, es tan equivocada y
peligrosa como la de los "fans". Los "devotos" tocan escayolas en los templos,
besan reliquias falsas y, extasiados y fuera de sí, gritan: "Lo he tocado, lo he
tocado".
"Padresito",
me confiesa una señora llena de años por delante y por detrás, "yo beso un
centenar de estampitas antes de acostarme. Rezo a todos mis santitos". Idolatría
religiosa, de dormitorio.
Los
verdaderos idólatras viajan al Rocío, saltan vallas, aguantan horas sin cuento
para hacer una ofrenda de flores, pasan la noche rondando a la Guadalupana... un
día de excitación mariana, éxtasis orgasmático y olvido programado del TÚ, el TÚ
solo santo, el solo TÚ Señor. Idolatría teológica. Un día lleno vs. un año
vacío.
Si
ustedes se molestan en leer la epacta de la A a la Z comprobarán que el Año
comienza con la Fiesta de Santa María Madre de Dios y termina con la Fiesta de
la Inmaculada. En el intermedio celebramos la Anunciación, la Visitación, la
Natividad, el dulce Nombre de María...unas quince fiestas y de propina todos los
sábados y generosos que somos damos la gran propina: las fiestas nacionales del
Pilar, de Luján, de La Guadalupe, de La Providencia, de La Altagracia, de
Lourdes, Fátima...más las de cada ciudad y cada pueblo. Todo el año subastando
banzos, vistiendo y desvistiendo a esa mujer, la más ocupada de la corte
celestial y la que más nos ocupa a los católicos.
Todos
tienen una Virgen que celebrar, un ser humano, pocos son los que tienen un Dios
que celebrar.
"Caí a
sus pies para adorarlo. Pero él me dijo: No lo hagas, yo soy como tú y como tus
hermanos que mantienen el testimonio de Jesús; a DIOS has de adorar". Ap 19,10
¿Es
posible quedarse solo con Dios, sin ángeles, sin demonios, sin santos,
sin...solo con el TÚ innombrable e inefable?
La vida
espiritual, en la superficie es múltiple, dispersa, miles de focos la iluminan,
nos distraen y nos alejan del centro, del UNO.
Yo
lucho por no perderme en el bosque de los inesenciales y me digo, cuantas cosas
no necesitas, cuantos dioses no necesitas, cuantas celebridades humanas,
coronadas o por coronar, no necesitas. Todos los seres humanos, aun los más
maravillosos, resultan siempre humanos, demasiado humanos y son una distracción
mortal.
El
mayor obstáculo en el camino espiritual es el YO. We’re more popular than Jesus,
fanfarroneaba John Lennon y hasta el ser humano más humilde se erige en dios y
exige un altar y una corona. YO, a pesar de mis protestas, también quiero mi
altar y mi corona. YO, que aborrezco a todos los idólatras, soy un idólatra.
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