BAJO EN CALORÍAS

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio

   

 

En los años en que el maná llovía del cielo sin más, vivíamos despreocupadamente. Consumir y gozar llenaban el presente libre de turbulencias.

Los pocos que valoraban la sencillez, huían de la ostentación y hacían Cuaresma, ponían el énfasis no en acumular basura sino en soltar lastre innecesario.

La austeridad elegida y querida en la Cuaresma 2012 ya no es una elección del corazón, es una imposición social.

Para muchos ciudadanos es tragedia, es maldición y es certificado de pobreza.

Cinco millones de parados para quienes la Cuaresma ya no es el juego de cuarenta días sino un laberinto sin salida. Cuaresma y austeridad, por razones meramente humanas, parecen hechas una para otra.

En estos tiempos de ajustes, recortes y privaciones habrá que coser la letra P de parado, H de hambre, C de cuaresma…al traje de la vida cotidiana. Lo de Low fat, bajo en calorías, ya no es una moda para yuppies y vegetarianos, es un mensaje de la adelgazada economía.

Cuaresma, baja en calorías, pero rica en bondad, en solidaridad y en preocupación por los machacados por las mil y una crisis. Los pobres no necesitan ni cuaresma ni austeridad ni filantropía, necesitan la recuperación económica.

Que los cuerpos pierdan grasas obscenas y los corazones circuncidados y limpios se vacíen de maldades, ayunen de toda avaricia y confiesen sus pecados.

La Cuaresma cristiana no es un canto a la miseria y a la ascesis medieval e innecesaria, no es tiempo del no sino tiempo de danza y de gimnasio para quemar el exceso de calorías producidas por los odios y las injusticias y para preparar la fiesta de las fiestas, la Pascua de Jesús.

Los católicos seguimos con el mantra de tres son los enemigos del alma: el demonio, el mundo y la carne. En otras latitudes, las iglesias más imaginativas y sin ataduras milenarias, piden a sus fieles que se hagan tatuajes, obras de arte en sus cuerpos, con diseños de la crucifixión de Jesús. El Viernes Santo en lugar de las 14 estaciones del Via Crucis representarán las 14 estaciones sobre la piel.

Liberados del yugo de la cuaresma eclesiástica, ahora gemimos bajo el yugo de la crisis económica, cuaresma sin rostro, sin líderes y sin solución.

Liberados de la predicación triste y monotemática de los curas, ahora nos aburre la retórica de las cifras y los déficits de los políticos.

Cuaresma baja en calorías y rica en manifestaciones, esas procesiones laicas que ponen calor y color a la vida cotidiana.