DEPORTE Y PUBLICIDAD

El anuncio de la discordia

 

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio

 

 

Yo no vi la XLIV final del Super Bowl, sí vi, al día siguiente, la publicidad que la cadena CBS ofreció a los más de 100 millones de americanos que, en sus casas o en los bares, extasiados contemplaron la lucha titánica entre el quarterback de los Saints y el de los Colts.

La gloria, las alabanzas y las portadas son siempre para el quarterback del equipo vencedor.

La noche del Super Bowl, noche de los nuevos gladiadores, viriles, musculosos y poderosos, es sobretodo la noche de la más cara publicidad.

Las marcas comerciales exhiben bajo ropajes imaginativos, atrevidos y horteras, sus productos de siempre, productos consumidos hasta en Soria.

Este año entre la publicidad de alimentos terrestres se ha colado un anuncio religioso, predicador de la vida y la moral.

¿Prohibirlo? ¿Tolerarlo?

Tema de opinión tan fascinante como el mismísimo juego, unos a favor y otros en contra.

La libertad de expresión prevaleció y el anuncio de la discordia, “Celebrate Family. Celebrate Life”, se emitió.

Tim Tebow, quarterback del equipo de fútbol americano de la Universidad de la Florida fue el protagonista de la noche, el vendedor de una idea, de una fe.

Tim Tebow vive porque su madre, ignorando la sabiduría y los consejos de sus médicos, y guiada por sus convicciones religiosas, optó por dar a luz a su hijo.

Tim Tebow, joven, blanco y guapo conquistó el trofeo Heisman concedido al mejor quarterback universitario. Y, para sorpresa de la prensa y de sus compañeros, es virgen y lo será hasta su matrimonio. Los veranos, lejos de las playas y de las discotecas, los pasa ayudando a los pobres. En la cancha luce en los pómulos citas del Nuevo Testamento: Ef 2, 8-10, Jn 3,16…

Los atletas del mundo piensan en contratos millonarios, discuten las primas, reciben sumas astronómicas por exhibir el logo de Nike, Adidas…y no producen nada, a no ser escupitajos, blasfemias, palabrotas, violencias y, de espaldas a la sociedad y sus problemas, nunca articulan un pensamiento ni una palabra sensata.

Ídolos de una sociedad superficial, tema de conversación de Largueros y Miradores, valen más que un premio Nobel de literatura, más que un investigador, más que cualquier hombre honrado y trabajador.

Tim Tebow, atleta testimonio, con un anuncio de 30 segundos puso en la picota el mundo de la publicidad en la noche de la más cara publicidad.