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HOMILÍA DOMINICAL - CICLO A Segundo Domingo de Pascua P. Félix Jiménez Tutor, escolapio |
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EVANGELIO Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa con las puertas cerradas, por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: -Paz a vosotros. Y diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: -Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo. Y dicho esto exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: -Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos. Tomás, uno de los doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían: -Hemos visto al Señor. Pero él les contestó: Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo. A los ocho días estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: -Paz a vosotros. Luego dijo a Tomás: -Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente. Contestó Tomás: -¡Señor mío y Dios mío! Jesús redijo: -¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto. Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Estos se han escrito para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su Nombre.
HOMILÍA 1 PASCUA es un tiempo de alegría para todos los creyentes. Tal vez se pregunte y ¿por qué tiene que ser Pascua más alegre que cualquier otro tiempo? ¿Qué celebramos? ¿Por qué vamos saludándonos con un Feliz Día de Pascua? PASCUA es y significa victoria. Cada vez que conseguimos una victoria y superamos un obstáculo y resolvemos un problema nos sentimos muy felices. PASCUA es la gran victoria del amor sobre la muerte. El Jesús que murió el Viernes Santo, "el día primero de la semana" se presentó a los discípulos y les deseó su paz. ¿Era un fantasma? ¿Era una visión? No podían creer lo que veían, pero era el mismo Jesús el que estaba delante. Vieron y creyeron. PASCUA es el regalo de la fe. Tomás se perdió el primer encuentro con Jesús el primer día de la semana. No sabemos donde estaba escondido. ¿Estaría viendo la televisión o callejeando por las calles de Jerusalén? Pero volvió con sus compañeros y éstos le gritaron: "Hemos visto al Señor". –Tomás no les creyó y estableció sus condiciones para creer. "No creeré si no meto mis dedos"… Y llegó el día en que Jesús le invitó a hacer precisamente eso. Tomás exclamó: "Señor mío y Dios mío". Esta explosión de Tomás es un don, un don que sólo Dios mismo puede dar. "Señor mío y Dios mío", ¿ha dicho alguna vez esas palabras desde lo profundo de su corazón? ¿Qué ha visto o a quién ha visto para pronunciar esa confesión? Para creer, como Tomás, y como los apóstoles tiene que haber visto. Cada domingo usted ve una hostia, un trozo de pan en la palma de su mano. ¿Y qué ve? El Viernes Santo usted vio un cuerpo ensangrentado en la cruz. ¿Y que vio? Usted ha oído historias sobre ángeles, los apóstoles, milagros y la historia de Tomás el incrédulo. ¿Ha visto y oído lo suficiente para creer? No. Nunca verá ni oirá lo suficiente para llegar a creer. Sin embargo la invitación siempre será la misma: conviértete en creyente. Un don que es suyo no porque sea poderoso o inteligente o atrevido sino porque Dios le ama con un gran amor. Yo sé que usted tiene dudas. Yo sé que usted aún no está preparado para gritar: Jesús es el Señor. Jesús es mi todo. Yo sé que usted quiere establecer sus propias condiciones antes de aceptar la fe. Creer es también dudar. Creer es un don de Dios y tenemos que confiar en él. Fe y confianza van juntas. La resurrección de Cristo es el don que se nos da. Es necesario recordar las cuatro cosas que marcaron la primera comunidad de los creyentes: la enseñanza de los apóstoles, el romper el pan, la oración y la presencia en la comunidad. ¿Participas en alguna de esas cuatro constancias? Esta comunidad reunida aquí en este domingo será fructífera, confesará a Jesús como su Señor si somos fieles a la enseñanza de la iglesia, fieles a los hermanos, fieles a la celebración del compartir el pan los domingos y fieles a la oración litúrgica y personal. Cristo resucitado abre las puertas de la iglesia sin necesidad de llaves y la llena con su propia vida y el Espíritu Santo. Sin su presencia la iglesia es un espacio vacío y nosotros vasos vacíos, no distintos de cualquier otra organización. Él está todavía aquí. Feliz Pascua de Resurrección. Aleluya. Aleluya.
HOMILÍA 2
Los evangelios del segundo domingo de Pascua de
los tres ciclos, A, B, y C, , en los tres ciclos, el evangelio se mete
con Tomás, con todos que dudan y con los que acuden al templo
ocasionalmente o socialmente. Qué fácil y cómodo resulta señalar con el
dedo a los que no son como nosotros.
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