HOMILÍA DOMINICAL - CICLO B

  Domingo de PASIÓN - Domingo de RAMOS

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio ...

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 Escritura:

Pasión según San Marcos 14 y 15

 

EVANGELIO

Pasión según San Marcos 14 y 15

 

HOMILÍA

La Palabra de la cruz, la proclamación de la Pasión, es ya una larga homilía. La Pasión ya tuvo su escenario natural, las calles de Jerusalén y sus espectadores, los amigos miedosos y los enemigos rabiosos de Jesús.

Hoy nuestra iglesia es el escenario y nosotros tenemos que ser algo más que espectadores.

Vamos a extender la alfombra roja para aclamar a Jesús.

Vamos a aclamarlo con ramas de romero, la sencillez del campo, con ramas de olivo, la fidelidad y la paz, o con las palmas, agua mansa en el desierto.

Y entre gritos y silencios, Jesús el hombre más libre del mundo, entra en Jerusalén.

El amor no es un sentimiento, es una decisión, una elección.

La gente suele decir hay cosas que simplemente suceden: una traición, un ataque de corazón, un embarazo juvenil, la muerte… Todo esto no sucede porque sí, es consecuencia de las decisiones que la gente toma.

Jesús tomó decisiones auténticas y también sus discípulos, Judas incluido.

Decimos que Jesús tenía que morir, que su muerte fue un acto del destino. No. Jesús decidió predicar y vivir de una manera peligrosa, eligió el amor a nosotros, decidió amarnos a todos y esta decisión le llevó a la muerte.

Judas hizo una elección humana al traicionar a su Maestro. Y podía tener mil razones para justificar su decisión.

Pedro decidió negar al Señor, una decisión humana muy calculada y razonada.

Poncio Pilato tuvo que tomar también su decisión. Y firmó la sentencia de muerte.

Usted y yo hacemos elecciones todos los días. Nuestras elecciones y decisiones pueden apagar el Espíritu y separarnos del amor de Jesús o destruir el amor de nuestros padres y hermanos.

Si nosotros queremos vivir de cerca esta semana de pasión tenemos que elegir el amor, aún sabiendo que corremos el riesgo del sufrimiento y de la muerte.

Los soldados le miraban, mientras jugaban a los dados. Jesús hizo su sacrificio y murió en la cruz para liberar al mundo de Dios del pecado.

Jesús era también un jugador. Se jugó la vida.

Esta Semana Santa estamos invitados a tomar parte en el drama de Jesús, nuestro drama; no somos ni espectadores ni turistas, con Jesús somos los protagonistas de la historia de la salvación. Celebramos nuestra vida, nuestra muerte y nuestra resurrección. Estén aquí.
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