EL QUE FALTABA

P. Félix Jiménez Tutor, Sch. P.

   

 

A la alineación republicana le sobran muchos candidatos, pero le faltaba uno que fuera más conservador, más religioso, más guapo y mejor vendedor del sueño americano, versión evangélica y apocalíptica, y ya lo ha encontrado.

Rick Perry, gobernador de Texas, ungido por Dios, ha comenzado su campaña presidencial llamando a la puerta de los corazones y de las carteras.

“Con el apoyo de mi familia y con fe inquebrantable en la bondad de América me declaro hoy como candidato a la presidencia de los Estados Unidos”.

Unos días antes de su anuncio oficial, Rick Pery, mezclando religión y política, convocó un día de ayuno y de oración bajo el título: La Respuesta. Llamada a la oración por una nación en crisis”.

En el Radiant Stadium de Houston más de treinta mil devotos entonaron cantos, dieron testimonio de fe y con lágrimas escucharon la oración de su gobernador y de su predicador que oró “por los que no pueden ver la luz en medio de tanta oscuridad”.

La democracia americana es una gran fiesta y sus políticos asumen múltiples papeles: padres de familia, creyentes de a pie y creyentes que no dudan en invocar y predicar su fe en los mítines convertidos en púlpitos vibrantes y, en múltiples ocasiones, en grandes pecadores.

Rick Perry, el candidato de la derecha religiosa, tendrá que aparcar a Michele Bachman, ambos se disputan los votos de los mismos votantes, pero Rick aparentemente tiene mejores credenciales: presume de haber creado un millón de puestos de trabajo gracias al petróleo y al gas de Texas, ha bajado los impuestos, niega el cambio climático, organiza rogativas para que se abran las compuertas del cielo y llueva…

En el estado de la pena de muerte este macho man, según un republicano, “tiene huevos para ejecutar a un hombre inocente”.

Rick Perry y sus compañeros de alineación se declaran anti-Washington, el dragón rojo del Apocalipsis que hay que aniquilar.

Su credo y su Biblia, “papa de papel”, son más importantes que las obras sociales que el gobierno pueda hacer.

Yo creo que Obama, el redentor que ahora parece necesitar ser redimido, no tiene enemigo en estos pigmeos surgidos del heartland americano.

¿Se imaginan a un político europeo haciendo una oración en la plaza pública como la de Rick Perry?

“Padre, nuestros corazones lloran por América. Vemos la discordia en las familias. Vemos miedo en los mercados. Vemos ira en los pasillos del gobierno y como nación hemos olvidado al que nos hizo, nos protege, nos bendice y por todo esto, Padre, te pedimos perdón”. Amén

Si se lo encuentra, no se sorprenda si encuentra en su bolsillo un papelito con una cita bíblica.

¿Es el que faltaba o el que sobra? Pronto lo sabremos.