EL RUIDO DE LA CARROZA

   

Un sábado mi padre me invitó a dar un largo paseo por el campo.

En nuestro deambular por los caminos solitarios y silenciosos, mi padre se paró y me preguntó:

-Además del canto de los pájaros, ¿qué oyes?

-Presté atención durante unos segundos y le dije: Oigo el ruido de una carroza.

-Exacto, dijo mi padre, pero es el ruido de una carroza vacía.

-¿Por qué sabes que es el ruido de una carroza vacía si todavía no la ves?, le pregunté.

-Es muy fácil, me dijo, cuanto más vacía está, más ruido mete.

Cuando me hice adulto comprendí la verdad de esta afirmación. Las personas que hablan demasiado, interrumpen a los demás y presumen de lo que tienen o saben y se consideran mejores que los otros… me recuerdan lo que me dijo mi padre : Cuanto más vacía está la carroza, más ruido mete.