LOS ESPAÑOLES SEGÚN EL CIS

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio

   

 

Cada español sabe donde le aprieta el zapato.

La economía es la gran preocupación de los españoles. Los dineros, que se ganan con más o menos sudor, son ese dios tangible al que todos rezamos cinco veces al día.

Vivimos en tiempos difíciles, la crisis, y nuestros líderes, llenos de buena voluntad, no encuentran la píldora mágica que empine la cosa.

La encuesta del CIS tiene también su letra pequeña que si no pasa inadvertida, interesa a pocos.

Según la encuesta del CIS los españoles somos menos católicos.

En el 2002 el 17% de los españoles se declaraba ateo, hoy el 25%.

Hace ocho años el 80% se confesaban católicos, hoy el 73%. La asistencia a Misa dominical, expresión de la identidad católica, ha pasado del 20% al 13%. El 56% nunca va a misa.

La religión es mucho más que una cultura traducida en ritos, procesiones, novenas, bautizos, bodas, funerales y fiestas patronales y veraniegas.

Esa cultura ritual es la calderilla de la religión. Como circulan billetes falsos, difíciles de detectar, en el mundo de las religiones, “pluralismo babélico”, circulan muchas monedas falsas.

La religión verdadera es tener un ligue con Dios. Ser discípulo de Jesús y tomarse en serio su mensaje de amor y de servicio.

Los españoles posmodernos, felices en su finitud y anclados en el mero presente, se van liberando de los atributos religiosos, “las grandes preguntas” se silencian y en esta cacofonía urbana el oído interior no percibe los ecos de la trascendencia.

Santiago Martín, a pesar de las estadísticas y de la dura realidad, ve el vaso lleno y escribe: “Un millón, nada menos que un millón de españoles dedica todos los días media hora a ir a misa. ¡Impresionante!”.

Mañana, agosto 25, celebraremos la Fiesta de Calasanz, cura y maestro, que pretendió salvar la república a través de la educación de los niños y jóvenes en la Fe y la Cultura.

Mis alumnos, los que se sientan en los pupitres de una escuela de Calasanz, ya no son ni culturalmente ni prácticamente católicos.

La encuesta del CIS no los contempla. Si el 56% de los españoles no va nunca a misa, el porcentaje de mis alumnos, mejor no saberlo ni publicarlo.

Si se entera Calasanz lloraría de tristeza.

La escuela católica tiene sentido y puede formar ciudadanos responsables y comprometidos con las causas humanas y católicos que, sin complejos, abrazan una espiritualidad liberadora, si todos los que formamos la comunidad educativa, padres, profesores y alumnos somos algo más que monedas falsas.