I N T E R N E T

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio.....

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De pequeños aprendimos que los enemigos del hombre eran: el demonio, el mundo y la carne.

¿Está el demonio en Internet?

Disfrazado de internauta, podemos chatear con él, mirarle a los ojos, sentir su calor pegajoso y, como nuevos Faustos, venderle el alma.

¿Está el mundo en Internet?

El mundo entero, pero no visto desde el espacio, sino palpable y real. Yo sigo leyendo el The New York Times y el Comercio de Ecuador y el Listín Diario de Santo Domingo y escucho mi emisora favorita National Public Radio. El mundo en casa.

¿Está la carne en Internet?

Ay, la carne, seda y seducción. Despertador de todos los orificios y poros humanos. Exhibicionismo para voyeurs obsesos y enfermos. Primera y última frontera.

Internet, como todas las herramientas, bien usada es un invento fantástico, creador y enriquecedor; abusada es más adicción que el pecado solitario. En esta selva espesa, para no perder el tino, hay que saber manejar el machete.

¿Están las iglesias en Internet?

Sí, la iglesia católica y todas las iglesias exhiben sus mensajes, su historia, sus horarios y productos en Internet.

El que no está presente no existe.

¿Está la parroquia Ntra. Sra. del Pilar en Internet?

Hace dos domingos una feligresa, al entrar a la iglesia, me dijo: "me llamó mi hijo de Tarragona y me preguntó si tenía invitación para la fiesta de la habitación 407". Ese ya había entrado en la página de la parroquia.

 

Sí, estamos en la red. Una página más, entre millones de páginas de todos los colores, una conexión más con los feligreses y amigos.

Con la ayuda de mi amigo y hermano, P. Félix Díez, todo ha sido fácil y rápido. Ya estamos abiertos a los miembros de nuestra familia del Pilar, a Soria, y al mundo entero. Algunos amigos de Nueva York ya sonríen de nuevo, gracias a esta página de Internet.

Llenarla es todo un reto. Hacerla interesante y útil, un ejercicio de paciencia, esfuerzo e imaginación.

Ante tanta oferta de alimentos terrestres, esta ventana ofrece alimentos para el espíritu. Estos son poco apetecidos en los tiempos de abundancia pero no, por eso, menos necesarios para vivir en un gozoso equilibrio humano.

El demonio, el mundo y la carne sacian lo efímero y remedian el calambre del instante.

Dios es siempre lo único necesario.

Bienvenidos a:

www.escolapios-soria.com/parroquiaelpilar
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