MONICIONES Y PRECES PARA LOS TRES CICLOS

FIESTA DEL BAUTISMO DEL SEÑOR

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio

   

 

 Escritura:

Isaías 42, 1-4.6-7; Hechos 10, 34-38; Mateo 3, 13-17

ENTRADA

Bienvenidos todos a la fiesta de la eucaristía. Fiesta del bautismo de Jesús. Con este gesto de humildad Jesús comienza su vida pública.

Jesús recibe la bendición de Dios Padre y es enviado a predicar la presencia y el poder de Dios que irrumpe en la historia de los hombres.

Hoy, nosotros tenemos la oportunidad de renovar las promesas que hicimos el día de nuestro bautismo y que debemos vivir en nuestra vida diaria.

Celebremos nuestro bautismo, celebremos a nuestro Dios y comencemos entonando el canto de entrada.

PRIMERA LECTURA

Como el siervo anónimo de Isaías, cada uno de nosotros ha sido llamado, nombrado, escogido y enviado por Dios.

Llamados a la vida somos sostenidos por la llamada constante de Dios y somos destinados a ser signo de compasión de Dios para el mundo.

Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios.

SEGUNDA LECTURA

Jesús "pasó su vida haciendo el bien" porque Dios estaba con él.

Los bautizados estamos llamados a creer en Jesús, a nacer de Dios y a hacer el bien a todos los hermanos.

Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios.

EVANGELIO

Jesús descubre su identidad. El Espíritu da testimonio de que Jesús es el ungido de Dios, el que trae la buena noticia y la salvación. Es el Hijo amado. Escuchémosle.

Escuchemos la proclamación del evangelio.

ORACIÓN DE LOS FIELES

  1. Dios es un Padre amoroso.

Oremos por todos los gobernantes para que ejerzan su responsabilidad con amor, compasión y justicia.

  1. Nosotros somos los hijos amados de Dios.

Oremos por todos los necesitados, enfermos y oprimidos para que, a pesar del sufrimiento, experimenten el amor de Dios.

  1. Dios es el Dios de todos.

Oremos por todos los encerrados en sus fronteras religiosas para que comprendan que Dios no tiene fronteras y es para todos.

  1. Nuestro Dios es compasivo y justo.

Oremos por todos nosotros para que en nuestras relaciones familiares, de trabajo y religiosas actuemos como nuestro Padre celestial.

  1. Dios es el Padre de los niños.

Oremos por todos los niños de nuestra comunidad para que crezcan como hijos de Dios y de la Iglesia.

  1. Dios es el Dios de la vida.

Oremos por todos los difuntos de nuestra comunidad y (nombres…) para que todos gocen de la felicidad que el Padre nos tiene prometida.