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MONICIONES Y ORACIÓN DE LOS FIELES - CICLO C Decimosexto DOMINGO P. Félix Jiménez Tutor, escolapio |
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ENTRADA Bienvenidos todos a la asamblea de los hijos de Dios. Dios sale a nuestro encuentro todos los días pero los domingos nos abre las puertas de su casa para ofrecernos su comida, su palabra y su hospitalidad. Aceptemos hoy su invitación y abrámosle el corazón. El Señor nos invita a orar creyendo que todo depende de Dios y también nos invita a trabajar creyendo que todo depende de nosotros. Esta eucaristía nos enseña a acoger a los hermanos con el mismo amor con que el Señor nos acoge a cada uno de nosotros. Entonemos juntos el canto de entrada. PRIMERA LECTURA Abrahán, el padre de los creyentes, es muy efusivo en su bienvenida y muy generoso en su hospitalidad. Acoge a los tres visitantes desconocidos como enviados por Dios y les ofrece una espléndida acogida en su tienda. Abrahán y Sara recibirán, a su vez, un regalo que no esperaban pero por el que han orado mucho: la promesa de un hijo. Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios. SEGUNDA LECTURA El misterio de la revelación de Dios se manifiesta primero en Jesús y después en cada uno de nosotros, su cuerpo. Como Pablo nosotros somos llamados a proclamar a Cristo para avisar, enseñar y presentarle a todos en su plenitud. Acojamos en nuestro corazón el misterio de Cristo. Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios. EVANGELIO Marta y María dan hospitalidad a Jesús, cada una a su manera. El trabajo y la oración son necesarios en la vida de los hombres. Jesús trabajó sin descanso y tenía tiempo para todo el que acudía a él. Y sacaba tiempo para orar y hablar con su Padre. El domingo es nuestro día de descanso, de sentarnos a los pies de Jesús y escucharle. El domingo es el día que el Señor dedica a sus hijos, a nosotros. Escuchemos la proclamación del evangelio. ORACIÓN DE LOS FIELES
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