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MONICIONES Y ORACIÓN DE LOS FIELES - CICLO C Decimoctavo DOMINGO P. Félix Jiménez Tutor, escolapio |
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ENTRADA Bienvenidos todos a la fiesta del Señor, a la eucaristía que juntos celebramos, a la asamblea que celebra el poder y la presencia de Dios. Llamados a ser ricos a los ojos de Dios, venimos a su casa para alimentar nuestra vida con los avisos y los consejos de la Palabra de Dios. Sólo el Espíritu Santo, hermanos, nos enseñará el camino para alcanzar la vida eterna. Celebremos con gozo nuestra eucaristía. PRIMERA LECTURA El autor del Eclesiastés nos aconseja, hoy, disfrutar de los días buenos y aceptar los malos como venidos de Dios; no desear aquello que no está a nuestro alcance y vivir cada día como si fura el último día de nuestra vida. Todo es vanidad. Todo pasa. Sólo Dios permanece. Sólo Dios es para siempre. Sólo Dios basta. Escuchemos la proclamación de la palabra de Dios. SEGUNDA LECTURA Las palabras de Pablo son profundas y entusiastas. Su fe en la muerte y resurrección de Cristo le permite ver y orientar su vida. Pablo sabe lo que hay que poner a un lado y lo que hay que querer de verdad. Todo es importante pero relativo. Sólo Cristo, su amor y su amistad deben preocuparnos todos los días. Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios. EVANGELIO Ser rico para sí o ser rico a los ojos de Dios. Jesús nos avisa sobre los peligros de acumular riquezas, sobre los peligros de invertir nuestro tiempo y energías en tener más, sobre los peligros de no pensar más que en este mundo. Jesús nos invita a ser como él, a pensar y vivir para la vida eterna. El mañana de los hombres no lo tienes asegurado. Pero el mañana de Dios te está esperando. Escuchemos la proclamación del evangelio. ORACIÓN DE LOS FIELES
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