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MONICIONES Y ORACIÓN DE LOS FIELES - CICLO A Vigésimo quinto Domingo del Tiempo Ordinario P. Félix Jiménez Tutor, escolapio |
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ENTRADA Hermanos, felices los que cada domingo salen de sus casas para encontrarse con el Señor en la casa de oración. Felices los que cada domingo se sienten invitados a compartir la mesa del Señor. Felices nosotros los que estamos aquí para alabar y dar gracias al Padre bueno que nos convoca y nos congrega en su iglesia. Agradecidos vamos a celebrar nuestra fiesta con el Señor y con la alegría que él pone en nuestros corazones. Entonemos el canto de entrada. PRIMERA LECTURA Invitación del profeta a buscar a Dios. Invitación de la Iglesia a vivir nuestra diaria conversión. Invitación a abrir el oído a la Palabra de Dios. Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios. SEGUNDA LECTURA Pablo manifiesta su completa confianza en Dios. Su vida y su muerte pertenecen a Cristo. Se siente servidor del evangelio y será fiel hasta el fin. Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios. EVANGELIO El Señor nos enseña con esta parábola que el Reino de Dios no es cuestión de recibir un gran salario, sino de recibir la justicia, la gracia y la amistad de Dios. La generosidad de Dios es siempre más grande de lo que nosotros pensamos, es más que un puñado de euros. Todos invitados a la viña, todos el mismo salario, todos la misma recompensa. Escuchemos la proclamación del evangelio. ORACIÓN DE LOS FIELES
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