MONICIONES Y ORACIÓN DE LOS FIELES - CICLO B

Trigésimo primero Domingo del Tiempo Ordinario

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio

   

 

 Escritura:

Deuteronomio 6, 2-6; Hebreos 7, 23-28;
Marcos 12, 28-34

ENTRADA

Bienvenidos todos a la celebración de la acción de gracias por el don del evangelio.

Venimos juntos a alabar al único Jefe, Cristo, y para aprender de Él el servicio a los hermanos. Venimos a escuchar el único mandamiento de Jesús.

Que esta fiesta de la comunidad, presidida por Jesús, fortalezca nuestras vidas.

Comencemos nuestra celebración con el canto de entrada.

MONICIÓN A LA PRIMERA LECTURA

La ley del amor, antigua y siempre nueva, es para nosotros y para nuestros hijos.

Hacer memoria, recordar nuestro origen y lo que lo fundamenta es tarea cotidiana.

Enseñar y transmitir a los hijos nuestra herencia espiritual y religiosa es tarea de los padres cristianos.

Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios.

MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA

Jesús es el nuevo sacerdote de la nueva alianza. Su sacrificio en la cruz salva a los que se dejan lavar y santificar por él.

Acerquémonos con confianza a Jesús en esta su casa y su fiesta.

Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios.

MONICIÓN AL EVANGELIO

Jesús une para siempre los dos mandamientos en uno solo. Amar a Dios y amar al prójimo ya no son dos sino uno solo.

El amor es lo único que salva. Jesús amó a Dios su Padre y nos amó a nosotros con el mismo amor.

Escuchemos la proclamación del Evangelio.

ORACIÓN DE LOS FIELES

  1. Oremos por el Papa, los obispos y los que tienen autoridad en la Iglesia para que vivan el mensaje del amor que predican.

  2. Oremos por los gobernantes para que ejerzan su autoridad con amor y busquen la paz y la concordia entre todos los pueblos.

  3. Oremos por nuestra comunidad parroquial para que además de conocer y predicar el mandamiento de Jesús lo vivamos con alegría.

  4. Oremos por los enfermos y las personas mayores que viven en soledad para que el Señor las bendiga y cuenten con nuestra ayuda.

  5. Oremos por los difuntos de nuestras familias y (nombres…) para que encuentren descanso y gozo en el Dios del amor y de la vida.