MONICIONES Y ORACIÓN DE LOS FIELES - CICLO A

 Trigésimo segundo Domingo del Tiempo Ordinario

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio

   

 

 Escritura:

Ezequiel 47, 1-2.8-9.12; 1 Corintios 3, 9-11.16-17;
Juan 2, 13-22

ENTRADA

Hermanos nos hemos reunido en el salón de la fiesta y del banquete para recibir con gozo al novio, al esposo, a Jesucristo. Con Él vamos a celebrar su fiesta y la nuestra. Él nos invita a cantar, a escuchar, a comer y a vivir como hermanos.

El Espíritu es el aceite de nuestras lámparas y la paz de nuestra espera.

Comencemos nuestra fiesta con el canto de entrada.

PRIMERA LECTURA

La verdadera sabiduría consiste en buscar a Dios. El domingo es el día de la sabiduría, el día en que se nos manifiesta a través de la Palabra y de la presencia de los hermanos en la comunidad.

Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios.

SEGUNDA LECTURA

Pablo nos recuerda nuestro destino; resucitar y vivir con Dios para siempre.

Nosotros tenemos una esperanza, una meta, un final feliz; la vida eterna.

Debemos estar alegres porque estamos y estaremos siempre junto al Señor.

Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios.

EVANGELIO

Nuestra vida es la espera de algo mejor, de alguien mejor que nos reciba y ame mejor.

Una espera activa, una espera preparada, una espera gozosa porque viene el esposo.

Llenemos, en este día, nuestras lámparas con el amor de Dios y vigilemos nuestra manera de vivir.

Oración, vigilancia y escucha de la Palabra de Dios para celebrar el día del Señor.

Escuchemos la proclamación del evangelio

ORACIÓN DE LOS FIELES

  1. Oremos por la Iglesia toda para que espere a su Dios y sirva con amor a sus hijos.

  2. Oremos por los pobres, los enfermos, los que viven solos, por los que no esperan nada ni a nadie para que Dios sea su esperanza y nosotros su ayuda.

  3. Oremos por la comunidad del Pilar para que vivamos animándonos los unos a los otros a ser mejores cristianos, mejores feligreses y mejores hermanos.

  4. Oremos por la paz del mundo, por la reconciliación entre todas las naciones.

  5. Oremos por los difuntos de la parroquia y por (nombres…) para que estén siempre con el Señor.