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MONICIONES Y ORACIÓN DE LOS FIELES - CICLO B Trigésimo tercero Domingo del Tiempo Ordinario P. Félix Jiménez Tutor, escolapio |
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ENTRADA Bienvenidos a esta asamblea cristiana. Venimos aquí porque ninguno de nosotros puede hacer lo que Jesús hizo: dar la vida por nuestra salvación. Venimos aquí para expresar nuestra esperanza junto con los hermanos y la creación entera. Venimos aquí para preparar el futuro y el fin de nuestro viaje, sin miedo, porque amamos y somos amados por Dios. Celebremos y entonemos el canto de entrada. MONICIÓN A LA PRIMERA LECTURA El profeta Daniel exhorta al pueblo a permanecer fiel a Dios en medio de la persecución y de la tragedia en que vive. La tribulación se transformará en liberación y vida eterna. Nosotros deseamos esta transformación gloriosa pero tenemos que afrontar los retos de la vida cotidiana con fe en el Señor. Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios. MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA La comunidad sigue necesitando el trabajo sacerdotal de Cristo. Necesitamos que Él siga intercediendo por nosotros y siga santificando a sus hijos. Con Cristo, nuestro perfecto sacerdote y sacrificio, suspiramos por la plena experiencia de la vida venidera. Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios. MONICIÓN AL EVANGELIO El evangelio no es nunca una llamada al miedo sino a la vigilancia; no nos anuncia el castigo sino la alegría del retorno victorioso de Cristo, no le interesa el cuándo sino el cómo. No mires al calendario, mira al Señor y a tu corazón. Jesús viene. Vive preparando su venida. Escuchemos la proclamación del Evangelio. ORACIÓN DE LOS FIELES
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