SE VENDEN RELIQUIAS

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio

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Yo tengo una reliquia laica, un trocito de tela color naranja, recuerdo de las 7.503 puertas que Christo y Jeanne-Claude montaron en el Parque Central de Nueva York en el año 2005.

No tengo reliquias religiosas. Los santos, esas personas humildes, desconocidas y algunas inexistentes, se enojarían conmigo si traficara o venerara sus huesos, sus ropas o sus rizos.

Hoy se consumen y veneran las reliquias laicas: posters de Marilyn Monroe, camisetas de Messi, autógrafos de Nadal, fotos en el Museo de Cera con alguna sospechosa celebridad…y otras pijadas para decorar las estanterías.

Años atrás me suplicaron añadiera al equipaje unas piedras del Hudson para un coleccionista de piedras de ríos.

La avidez coleccionista del ser humano no tiene ni límites ni sentido del ridículo.

En “El Viaje del Elefante” Saramago se ríe y nos hace reír con el pseudomilagro del elefante y de las reliquias que genera: “a pesar de la abundancia exagerada de dioses… hay muchas menos supersticiones en las tierras donde nació (India) que en esta parte de la civilizada y cristianísima Europa que es capaz de comprar un pelo de elefante y creer píamente en las patrañas del vendedor”.

¿Es innata la necesidad humana de la idolatría?

Los Padres del Oratorio de Birmingham acaban de abrir la tumba del venerable Cardenal Newman, icono de la Iglesia Católica de Inglaterra. ¡Qué decepción! Estaba vacía.

No tienen cuerpo que exhibir ni reliquias que venerar.

El futuro santo les ha tomado el pelo y les ha ahorrado muchos gastos. Pero les ha dejado algo mejor, su pensamiento, su “Apología pro Vita Sua”, sus numerosos escritos, puro y limpio recuerdo.

En este mundo de comercio y de consumo hasta lo más santo se convierte en mercancía.

Hoy he ido de compras por los grandes almacenes de eBay.

A estos almacenes no les importa lo que dice el Derecho Canónico en el nº 1190: “Está terminantemente prohibido vender reliquias sagradas”.

Las estanterías de eBay están llenas de reliquias y objetos religiosos.

Puede poner en su cesta:

Un relicario con reliquia de la columna de la flagelación de Jesús.

Una reliquia ósea de San Eugenio M.

Reliquias de Sta. Catalina de Siena, San Francisco de Asís, Sta. Clara…

Antiguo escapulario de la Virgen del Pilar.

La lista es larga y sorprendente.

Les invito a ir de compras, tal vez, puedan completar sus colecciones incompletas.

Me imagino que este mundo fantasmagórico es tan falso como los pelos reliquia del Viaje del Elefante y tantas otras que aún tenemos como auténticas.

Ustedes que nunca han entrado en los almacenes de eBay y yo que tengo alergia a todo tipo de reliquias nos preguntamos.

¿Quién organiza este comercio sacrílego?

¿Quiénes son sus proveedores y sus destinatarios?

Dicen que los ortodoxos son fanáticos de las reliquias y los católicos tradicionalistas, desterrados los ornamentos tridentinos, los buscan para celebrar sus barrocas y misteriosas liturgias.

Nosotros, abastecidas ya nuestras enanas supersticiones, dejamos que los sacerdotes de las sectas satánicas trafiquen con lo santo para sus fines ocultos.