SU CATEDRAL, EL PAÍS ENTERO

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio...

   

 

"Hay que comenzar por el principio y el principio de todo es el coraje".

Los hechos son tozudos mientras que las ideas, como mariposas, revolotean en un baile de máscaras.

Talleyrand es más que un nombre exótico que aprendíamos en las clases de historia. Fue un Obispo, un político, un diplomático, un cortesano, un amante y un gran pecador, in extremis, arrepentido.

La historia de la iglesia está llena de Talleyrands, especie no extinguida, aunque sí camuflada bajo ropajes más sobrios.

Ya hemos olvidado, la memoria es frágil e interesada, a Ernesto Cardenal y Miguel D’Escoto, los curas ministros del gobierno sandinista que vuelve. Y a Jean-Bertrand Aristide, el cura salesiano de los pobres, y presidente de Haiti. Y al P. Gaspar García, guerrillero con fusil del FSLN.

Eran los tiempos de la teología de la liberación, caballo apocalíptico que galopaba victorioso por América Latina. Todos nos sentimos hechizados por la bandera de la profecía y de la libertad.

Ya en 1810, el P. Hidalgo gritó desde su púlpito mejicano: "Abajo los malos gobernantes. Viva la Independencia".

Cuando parecía que los profetas habían sido silenciados y el caballo domado y en el establo, sale a la superficie el Obispo emérito de San Pedro, Paraguay, listo para recoger y encender la antorcha.

Fernando Lugo nombrado Obispo en 1994, diez años más tarde, a sus 55 años, le pidieron desde Roma presentara su renuncia.

"Se ruega encarecidamente al Obispo diocesano que presente la renuncia a su oficio si por enfermedad u otra causa grave quedase disminuida su capacidad para desempeñarlo", reza el canon 401, párrafo 2. Puesto que goza de buena salud, se ignora la razón de su incapacidad.

En esos años ya andaba muy envuelto en los asuntos de la res publica y era muy admirado por su dedicación a los pobres.

Ahora quiere postularse para presidente del país y "poner fin a una larga historia de exclusión social de la cual los responsables tienen nombre", el partido Colorado de Nicanor Duarte Frutos.

El Vaticano, alarmado, a través del Cardenal Battista Re le ha pedido "en nombre de Jesucristo" que reconsidere su decisión.

Fernando Lugo, oídos sordos a la advertencia, ha elegido el camino del coraje.

"El Papa puede aceptar mi decisión o castigarme. Yo ya estoy metido en política". A partir de ahora su púlpito ya no está en la catedral porque todo el país es su catedral.

El tiempo que todo lo tritura y recicla dirá si la antorcha recogida y encendida por el Obispo Lugo, en nombre de los pobres, ha iluminado y liberado.

América Latina, tierra de opresión y pobreza, engendró la teología de la liberación. "Si no toda revolución es necesariamente buena, sí que es necesaria la existencia de los hombres del Espíritu".

Polonia vive una "crisis nacional". Stanislaw Wielgus, colaborador del partido comunista, acaba de renunciar a la sede de Varsovia y el párroco de la catedral de Krakovia, P. Janusz Bielanski, ha seguido su ejemplo.

Los dirigentes de la iglesia católica y de todas las iglesias, como todos los seres humanos, viven la seducción de la política, del sexo, del dinero, de lo efímero…

Aunque todo lo humano se desmorona, la dimensión divina que anida en las personas humanas triunfará y permanecerá por siempre.

En el principio era el coraje y el coraje permanece activo en muchos hombres y mujeres de nuestro tiempo.

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